Parecía una tarde más, aunque en realidad no lo era. El Sargal recibía el partidazo de la jornada 27 de la liga Asobal entre Incarlopsa Cuenca y Bada Huesca. No solo por la calidad de ambos equipos todo aficionado sabía que se iba a respirar un buen partido de balonmano.
Al inicio del partido, el equipo de casa era consciente de lo que estaba en juego. Ya no solo la pelea por la vuelta a Europa sino el mero hecho de recibir a uno de los equipos más en forma de la categoría daba para reflexionar en que este partido era de vital importancia. Es por eso por lo que los jugadores de Lidio Jiménez saltaron a la pista con más brillo que la tarde de abril que nos regalaba el clima.
Los primeros cinco minutos del partido fueron un claro reflejo de lo que ocurrió en la primera parte. El Incarlopsa Cuenca, con Pablo Simonet a la cabeza, fue capaz de encontrar espacios donde no los había. La tanqueta argentina junto a Federico Pizarro y Thiago Alves en primera línea fueron claves para poner a su equipo por delante. De manera automática, el Bada Huesca respondía cuando podía a los golpes de su rival. Cuando no lograban su objetivo era por la presencia bajo palos de Leo Maciel.
El meta argentino fue uno de los protagonistas del equipo conquense para dejar los puntos en su casa. Con valentía y seguridad, la portería se volvió un punto infranqueable y una inyección de moral que, junto a la participación de la afición, tuvo resultado instantáneo en el juego y el marcador. Con la marcha a vestuarios, se disfruto de un autentico espectáculo. Uno de los mejores primeros tiempos que se recuerdan en El Sargal pasó a la historia con una diferencia de cuatro a favor de los rojos (16-12). No obstante, la sorpresa a la vuelta a la pista de la segunda parte no dejó insatisfecho a ninguno de los presentes.
Rompiendo todos los esquemas, Leo Maciel recibió su primer gol de la segunda mitad en el noveno minuto de juego. A pesar de que el marcador oscense no se movió, el conquense no paraba de hacerlo. Cuando el equipo dirigido por José Francisco Nolasco volvió a encontrarse con el gol ya habían pasado Thiago Alves, Hugo López y Fede Pizarro (19-13).
Su entrenador apostó todo lo que estaba en juego y propuso una defensa abierta que no hacía otra cosa que dar facilidades al Incarlopsa Cuenca para encontrar espacios. Sus intentos de lograr la épica eran detenidos por el cuarenta de los conquenses, llevando hasta a diez goles la diferencia. Así fue como, tras minutos y goles anecdóticos, los locales dejaron los puntos en su casa, ante su público, a modo de agradecimiento por su presencia con el 29-21 final.
Por Nahuel Briscek