Casi seiscientos niños y niñas de todas las edades han llenado esta mañana el Casco Antiguo conquense de ilusión nazarena en la Procesión Infantil. Organizada por la Junta de Cofradías de Cuenca, la procesión ha vivido en 2023 su edición más participativa en cuanto a número de niños. Con su ilusión, su compromiso y su saber estar, los más pequeños han demostrado que nuestra Semana Santa tiene un gran futuro.
La puesta en andas de los ‘pasetes’ tuvo lugar en la tarde de ayer en San Andrés, donde al atardecer quedaba todo preparado para la salida procesional de este sábado, 18 de marzo. Desde las 10:30 de la mañana los más pequeños, acompañados de los adultos responsables de cada hermandad, han abarrotado San Andrés, viviendo emocionados los roles que ven desempeñar a los adultos: los banceros y banceras se tallaban y aprendían el paso y el golpe de horquilla guiados por sus capataces, los portainsignias se responsabilizaban de las suyas… La emoción era patente, incluso en los más pequeños.
Antes de salir y siguiendo la tradición de nuestras hermandades, los nazarenos y nazarenas de la Procesión Infantil han rezado un padrenuestro y un gloria, guiados por el consiliario de la Junta de Cofradías, Joaquín Ruiz, quien ha acompañado un año más al cortejo procesional. En la plazuela de San Andrés les esperaba una multitud compuesta por padres, abuelos, familiares y espectadores en general, mientras que en el Peso formaba la Banda de la JdC, que ha puesto en el ambiente las primeras notas nazarenas.
Una vez en la calle, a la Procesión Infantil no le ha faltado detalle. Un total de 23 pasetes (23 hermandades) han conformado el cortejo de la procesión, que salía puntual a las 11 de la mañana, desde la antigua iglesia de San Andrés. Encabezada por la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías, dirigida por Francisco Javier Poyatos, ha contado con la participación de las hermandades de Jesús entrando en Jerusalén (con la Borriquilla), Stmo. Cristo de la Vera Cruz, San Juan Bautista, Medinaceli, María Stma. de la Esperanza, Santa Cena, Oración en el Huerto de San Esteban, Prendimiento, Stmo. Ecce-Homo de San Miguel, Ntra. Sra. de la Amargura con San Juan Apóstol, Huerto de San Antón, Amarrado a la Columna, Jesús del Puente (con el ‘pasete’ de Jesús del Puente), Ntra. Sra. de la Soledad del Puente, San Juan Evangelista, Ntra. Sra. de la Soledad de San Agustín (con el ‘pasete’ de la Soledad de San Agustín’), Stmo. Cristo del Perdón (con el ‘pasete’ de La Exaltación), Stmo. Cristo de la Agonía (con el ‘pasete’ del Cristo de la Agonía), Stmo. Cristo de la Luz (con el ‘pasete’ del Cristo de los Espejos), Stmo. Cristo de la Salud (con el ‘pasete’ de El Descendimiento), Ntra. Sra. de las Angustias (con el ‘pasete’ de la Virgen de las Angustias), Congregación de Ntra. Sra. de la Soledad y de la Cruz (con el ‘pasete’ del Yacente) y Jesús Resucitado y María Stma. del Amparo (con el ‘pasete’ del Resucitado).
Los más pequeños han desfilado perfectamente uniformados y llevando con dignidad aprendida de sus mayores las cabeceras de sus hermandades. No han faltado los característicos bailes de la Borriquilla ni los de los pasos de olivo (los dos Huertos y el Judas), ni la campana para el paso de la Vera Cruz, ni la turba delante del San Juan Evangelista (al no haber ‘pasete’ del Jesús de las Seis), ni los enérgicos golpes de horquilla del Bautista, la Santa Cena o el Ecce-Homo de San Miguel, ni el paso dulce de los ‘pasetes’ de las Vírgenes, ni la representación en el Santo Entierro de las Damas de la Congregación, que este año eran tres y han centrado buena parte de las miradas por su seriedad y buen hacer.
La procesión finalizaba al filo de la una de la tarde en San Andrés, tras la interpretación de la Marcha de Infantes para el Resucitado por parte de la Banda de la JdC, como si del Domingo de Resurrección se tratara.
El Cartel de la Procesión Infantil de 2023 ha sido este año obra de Mateo Benayas Moya, de nueve años, y perteneciente a la Cantera Nazarena del Huerto de San Antón.
Los más pequeños ya han cumplido – y muy bien – con el rito. Cuenca aguarda el tan esperado momento de vestir sus calles y su alma de procesión.
