En el momento de la grabación, la laguna de Uña desembalsa agua que, en este caso, va a parar al río Júcar que ha formado, en este encajonamiento, lo que se llama un travertino. Pues aquí nos sorprendió, nos extrañó –y mucho- el color del agua, ceniciento, turbio. ¿Por qué? Pues según hemos podido saber, se debe a unas obras que, en el Embalse de la Toba, está ejecutando Unión Fenosa para mantener el caudal ecológico del río, utilizando, para ello, uno de los tubos de desagüe que está en el fondo del embalse con el problema, añadido, de que, por ahí, con el agua, sale demasiado fango depositado en el fondo del pantano. ¿Cómo lo están solucionando? Cogiendo aguas más superficiales que no lleven carga arcillosa, sedimentos que, en este caso dan este color tan feo al agua del Júcar.
Martínez Guijarro asegura que el nuevo Estatuto de Autonomía “dotará a la región de nuevas herramientas que nos permitirán seguir avanzando”
El vicepresidente primero del Gobierno de Castilla-La Mancha, José Luis Martínez Guijarro, ha destacado que el nuevo Estatuto de Autonomía...
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