Del 3 al 16 de junio de 2025, la localidad de Tragacete (Cuenca) se convierte en espacio de creación, pensamiento y acción colectiva con la celebración de Trashumancias 2.5, una residencia creativa y pedagógica organizada por la Cátedra UCLM–Diputación de Cuenca y la Fundación Los Maestros. Esta edición continúa el trabajo iniciado en convocatorias anteriores, profundizando en los conceptos de la cultura situada y del conocimiento ecológico tradicional: una práctica crítica que sitúa la creación y la investigación en diálogo estrecho con el territorio, los saberes locales y las formas de vida que lo sostienen.
La residencia convoca a un grupo diverso de estudiantes de Bellas Artes, Comunicación Audiovisual, Educación y Periodismo, procedentes mayoritariamente de la Universidad de Castilla-La Mancha, así como de la Universitat Jaume I y la Universidad de Zaragoza (campus de Teruel). Bajo la dirección creativa de José An. Montero y la dirección académica de José María Martínez Navarro, el programa se despliega como un espacio de aprendizaje colaborativo y transdisciplinar. A lo largo de dos semanas, las y los participantes recibirán acompañamiento de profesionales del ámbito académico, artístico y rural, participando en actividades que incluyen caminatas, encuentros con agentes del territorio y sesiones de mentoría con pastores, agricultores, investigadores y portadores de memoria oral.
Durante estas dos semanas, las participantes desarrollarán proyectos que atraviesan múltiples dimensiones: la memoria oral, los saberes populares, la ecología, la pedagogía, la espiritualidad territorial y las prácticas performativas. En el plano educativo, Laura Martínez Oviedo trabajará en una propuesta curricular para la escuela rural inspirada en la declaración de la ONU sobre los pastizales y los pastores, articulada desde la LOMLOE como herramienta para resignificar el aula desde el contexto local. Desde la intersección entre arte y comunicación, el proyecto Tragacete Resuena, impulsado por Paz García Blanes, pondrá en marcha una experiencia de radio comunitaria intergeneracional centrada en la recuperación de la memoria oral a través de talleres de creación sonora y participación vecinal.
El paisaje como archivo vivo y afectivo será el eje de varias propuestas. Tender al suelo, de Melisa Vezhdieva, plantea una aproximación sensible al suelo como soporte vital, mientras que Cartografías de lo rural, de María Herreros de la Fuente, construirá una instalación a partir de objetos, palabras y emociones recogidas durante caminatas. En una línea similar, Memorias, de José Mati, utilizará materiales hallados e intervenidos con técnicas gráficas para activar relatos personales y colectivos en torno al lugar.
La relación con el entorno natural también se explora desde lenguajes textiles y visuales. Laia Skovsted, en Tus pétalos sobre mis manos, entrelazará gesto pictórico y bordado con formas vegetales para trazar una genealogía femenina del paisaje. Fachadas expandidas, de Nuria Araque, invocará la dimensión simbólica del territorio mediante una intervención textil que actúa como ofrenda. Ivette Veles, con Las plantas también recuerdan, desarrollará un herbario expandido que combina etnobotánica, fotografía experimental y memoria oral en un archivo donde dialogan lo vegetal y lo humano.
Desde el ámbito sonoro y narrativo, Javier Soligó diseñará Juego de los Posibles, un juego de rol que, a partir de entrevistas y paseos, representará los desafíos y deseos de la comunidad local. Gloria Nieto, en Quienes cuidan la hierba, cuidan el cielo, propondrá una instalación que visibiliza la relación entre pastoreo y biodiversidad. Por su parte, Reverberaciones, de Toni Villegas, materializará una composición musical coral basada en testimonios del pueblo, que se compartirá en un nuevo festival de cine rural.
Varios proyectos se adentran en la memoria a través del lenguaje audiovisual. En El último canto del día, Jhonson Ogando realizará un cortodocumental poético sobre la jornada de un pastor, registrando una práctica ancestral en desaparición. Memoria gastronómica de las trashumancias, de María Brito, tomará forma como un fotolibro que recopila recetas y saberes culinarios ligados a las rutas pastoriles. Rueda Trashumante, de David García Martínez, será una performance itinerante en la que una escultura móvil acompaña el caminar como gesto de resistencia y presencia política en el paisaje.
Desde enfoques híbridos, El Abrevadero, de Olaya Largo-Vallaure Álvarez, reinterpretará este espacio tradicional como lugar de encuentro y memoria, articulando una instalación basada en objetos y relatos recogidos en el pueblo. La Ali, con #estatelatienedisforia, traducirá caminatas, escucha y bordado en una videoinstalación que construye una cartografía afectiva del territorio. En Ropa Tendida, Aurora Herrero articulará un medio experimental que combina narrativas tradicionales y contemporáneas para reconstruir el tejido comunicativo local. Finalmente, Virtumancia, de Alma Rosell Martín de Lucía, abordará el abandono rural desde una estética del error, utilizando tecnología obsoleta como lenguaje poético y crítico.
Además de los proyectos desarrollados por las y los residentes, la programación contará con la participación de otros artistas invitados que enriquecerán el proceso colectivo. Entre ellos, destaca la presencia de Miki Delgado, quien presentará una nueva pieza de su serie Vellón Deslanado, un proyecto escultórico que comenzó en 2023 y que gira en torno a la relación entre arte, trashumancia, paisaje y los oficios ganaderos. Su obra se materializa en una escultura de oveja elaborada en acero y recubierta con hueso, que contiene en su interior un corazón de lana que se deshilacha, como símbolo de la desvalorización actual de la lana y la situación de abandono que enfrentan los pastores. Esta pieza formará parte de una visión a largo plazo: la construcción de un rebaño escultórico que represente las diferentes razas ovinas de la Península Ibérica. Junto a él, también participará José Antonio Perona, diseñador gráfico responsable de la nueva imagen visual de Trashumancias, quien realizará una instalación site-specific inspirada en la trashumancia, pensada para dialogar con el entorno y reforzar la identidad simbólica del proyecto desde el lenguaje del diseño y el arte contemporáneo.
Trashumancias 2.5 no busca intervenir el territorio, sino habitarlo desde la sensibilidad, la colaboración y la escucha. Reconoce los derechos culturales como una dimensión fundamental de la vida comunitaria y reivindica una descentralización real de la producción simbólica. La trashumancia se plantea aquí no solo como práctica ganadera, sino como metáfora de una forma de pensar en movimiento: caminar, observar y compartir como modos de generar conocimiento, activar la memoria y construir comunidad. Esta residencia se consolida como un dispositivo de imaginación territorial que articula arte, cuidado y regeneración desde el mundo rural.
El Tomanotas
