La actuación del trío palentino puso punto final a este festival que ha reunido en diversas localidades conquenses a músicos, bailarinas, actrices, narradores orales o documentalistas ligados a la cultura tradicional.
Este concierto de clausura del festival Trashumancias contó con el trío formado por Carlos Herrero, Héctor Castrillejo y Adal Pumarabín sirvió también como inauguración a los remodelados Jardines de la Fundación Los Maestros en Tragacete, situada en lo que fuera la antigua Hospedería Real del Júcar. Sobre este bello escenario con la sierra de Tragacete al fondo, el Naán presentó su concierto-recital poético ‘La desaparición de las luciérnagas’, un rito ancestral de la palabra y la música.
Este concierto también sirvió de actividad de cierre del encuentro de diversos representantes de universidades europeas incluidas en el proyecto ‘European Universities Alliance COLOURS project’ que durante estos días se está celebrando en Tragacete para abordar conjuntamente el reto de la despoblación del medio rural, por lo que se realizó una presentación y una breve introducción en inglés para el público internacional.
Héctor Castrillejo comenzó con el recitado de ese viaje milenario de la carne trepando por los siglos y los huesos que es el poema ‘Para que yo me llame Ángel González’ que enlazó con el tema propio ‘El caminante’. Alternando versos de Héctor con canciones de El Naán y otras populares, el trío del Cerrato fue ganándose al público que llenaba el recinto tragacetense. Raveles, quijadas, almireces o flautas de hueso poblaron de sonidos ancestrales estas sierras que, como no podía ser de otra manera tras un día tan caluroso, quisieron devolver la llamada regalando su maná caído del cielo. Primer amago de lluvia tras el brindis a Dionisos que fue conjurado por los presentes a base de bota.
Tras este pequeño amago, avanzó este rito ancestral con ‘La Quijada’, otro tema propio ya referencial de las sonoridades folk contemporáneas que ha sido recientemente remezclado por Castora Herz. A continuación este entrelazado de versos y canciones dedicado a los abuelos con los poemas “Los ajos” y “La Abuela” que cosidos a la ‘Tonada’ y una ‘Nana tradicional’ evocan la nostalgia de la infancia y sirvieron de llamada para quienes ya marcharon.
Los versos del poema ‘La tribu perdida’ que nacieron como pregón para Amayuelas de Abajo, pero que ya se han convertido en versos de una manera de entender la vida, sirvieron de improvisado final, pues la lluvia entró de nuevo en escena como parte del ritual cuando Héctor Castrillejo pronunció los últimos versos del poema. “Recuerda (me dijeron) que salvaje es el que se salva”.
Unos minutos prudenciales de espera sirvieron para que el público conversara con los músicos, descubriera amistades comunes o coincidencias biográficas. Y al final, unos puntos suspensivos pusieron final a este concierto. Habrá que reunir a la tribu de nuevo para completar el rito.
Lo que iba a ser un pequeño ciclo que acompañase el proceso de formación de la residencia artística Trashumancias 2.4 ha ido creciendo a lo largo de estos meses hasta convertirse en un punto de encuentro del pensamiento y la cultura rural nacional. Desde que el pasado trece de abril el grupo madrileño Ursaria alzara el telón de este festival en Vega del Codorno al grito de “amar el lugar en que uno vive es mucho mejor que tener que soportarlo” el festival Trashumancias ha reunido más de una decena de espectáculos, talleres y proyecciones siempre ligados a la cultura tradicional y rural en el que han participado nombres tan relevantes como La Ronda de Motilleja, Algazara, Carlos Herrero, Javier Collado o Félix Albo, por citar sólo alguno de ellos.
El festival, organizado por la Fundación Los Maestros y la Cátedra UCLM-Diputación de Cuenca de Oportunidades para el Reto Demográfico bajo la dirección artística de José An. Montero, ha pasado por numerosas localidades conquenses como Tragacete, Enguídanos, Huélamo, Las Majadas o Beamud y ha programado espectáculos como el celebrado en esta última localidad diseñados en exclusiva, como el basado en textos recogidos en Tragacete y dramatizados por la actriz Amanda Velloso acompañada por la Orquesta de Acordeones de Cuenca.
Textos: El Tomanotas. Fotos: La Circular