La leyenda del fénix de la mitología griega muestra a un ave que se regenera frecuentemente, se podría decir que vuelve a nacer. También tiene el poder de resurgir de las cenizas como necesitaba hacer el Liberbank Cuenca. Ese animal herido tras dos derrotas por competición europea buscaba sanar en casa, con su gente, y coger fuerzas para lo que se viene. Una Copa del Rey fundamental para comprar el billete a Europa de cara al año próximo.
Antes de que el partido inicie, se dio un minuto de silencio en memoria del socio Javier López y de Milos Vainstein, padre del jugador Pablo Vainstein en el que todo el pabellón se levantó en muestra de respeto de lo sucedido. En la rueda de prensa después del partido, Lidio Jiménez aprovechó para mandar un abrazo a los familiares de ambos.
Las ganas de volver a la racha ganadora era lo que hizo a Cuenca salir enchufado. Que digo enchufado, enchufadísimo. Un increíble inicio 3-0 fue muestra de imponer su juego. Su rival no decayó y pudo recortar diferencias a estar solo un gol. Si hubiese que resumir en una palabra los primeros 15´ de la primera parte, sería alterado. Alterado por los goles que hubo. Mladen Krsmancic de parte de los visitantes con cuatro goles y Leo Dutra de los castellanomanchegos con cinco, fueron los culpables de esta definición. Lidio Jiménez aplicó el dicho de “el mejor ataque es una buena defensa” ya que, a la hora de proteger la meta, los conquenses estaban infranqueables. Así fue como ampliaron la ventaja a 4 goles en el 14 de juego. Otro dicho popular de balonmano lo llevó a cabo también Dutra: “Tercer lanzamiento de siete metros del mismo no es gol”, puesto que Patrick Nicolai evitó el gol.
Sin embargo, en los segundos quince de juego, ambos equipos bajaron la intensidad y el marcador estuvo más estático. La diferencia de tres goles para los locales era la realidad que se vivía en El Sargal. Mas, en los minutos finales, lograron ampliarla hasta de seis goles, encarrilando el encuentro de cara a la segunda parte. A la media hora de juego, los dos equipos fueron a vestuarios con un 14-9 a favor de los de Castilla la Mancha. Era de destacar la vuelta del mejor Leo Maciel de la temporada, ese del 40% de paradas. A pesar de que, la diferencia era amplia, los de Ignacio Aniz salieron al 40×20 con la máxima seriedad posible.
Si antes mencionaba la actuación del meta argentino, Marco Cancio, guardameta del Anaitasuna, también fue de lo mejorcito de su equipo. El culpable de que la diferencia del marcador no se vaya era él con sus grandes intervenciones. En cambio, Cuenca y su colchón no bajaba, siempre que recibían un gol contrarrestaba con otro. Es de mención el de Thiago Alves Ponciano a pase de Manu Diaz con un gran fly que le dejó la meta vacía al brasileño.
A lo largo del segundo periodo, Cuenca fue quien llevó la batuta del partido. Todo bajo control para los locales que buscaban congelar el partido. En los instantes finales, el hecho de adelantar la defensa para recortar la distancia parecía que podía ocurrir algo sobre la bocina. Pero el gol del perro Doldán completamente solo a falta de un minuto sentenció más aún el partido.
Así, como leones, el Cuenca sana sus heridas del último partido y parte como favorito para el próximo duelo del 6 de marzo ante el mismo rival por Copa del Rey. Ahí, el equipo conquense se jugará la guinda del pastel de esta temporada.
Por Nahuel Briscek
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