La tercera jornada de competición tenía como evento más destacado del día, una de las rivalidades más legendarias del deporte, Rafael Nadal y Novak Djokovic se enfrentaban por un puesto en los octavos de final de torneo olímpico de tenis. El partido en sí se resolvió de manera ciertamente clara en favor del serbio, como era de esperar, pero Djokovic perdió otra oportunidad de ganar con “Grandeaur”. Tenísticamente, Djokovic fue superior a Nadal, salvo en un momento puntual del segundo set, donde el balear, que nunca se rinde, por adversa que sea la situación, sacó esa fuerza y coraje, que le ha caracterizado a lo largo de su prolija carrera. Sin embargo, el balcánico dejó un comportamiento alejado de su excelente partido. Djokovic no aceptó que, toda la grada apoyara al balear, y tuvo a lo largo del partido una serie de gestos de mala educación hacia el público, que dejaron en un segundo plano su victoria.
Nadie duda de que Novak Djokovic es uno, no ya de los mejores tenistas, sino de los mejores deportistas de siempre, por resultados al nivel de los Jordan, Schumacher, Maradona, Mohamed Alí, Usain Bolt, etc. Pero tampoco nadie duda, que no admite, que el público no tenga por él la misma admiración que sienten por quienes han sido sus dos grandes rivales contemporáneos, Roger Federer y Rafael Nadal. Djokovic será el que mejor palmarés tenga al final de su carrera de los tres, será quien haya conseguido ganar en esa voraz competición que han mantenido durante casi dos décadas por ser el tenista con más Grand Slams de la historia, pero por comportamientos como el de hoy, nunca será para el gran público, el más admirado tenista de la historia, porque las leyendas lo son, no solo por los fríos números sino también por sus valores y sus comportamientos, y en esto último Djokovic no es “un cabeza de serie”.
Es claro que, para ser el mejor se necesita tener voracidad competitiva como la de Novak, pero esa voracidad no es incompatible con valores como la caballerosidad, el saber perder y el saber ganar, y el compañerismo, y Djokovic no aúna esas virtudes, tal y como ha demostrado a lo largo de una carrera, trufada de múltiples incidentes. Recordado será su pelotazo a un juez en el Open USA de 2020 que provocó su descalificación; o su renuncia, sin mediar lesión, a competir en la semifinal del doble mixto de Tokio 2021 por haber perdido su partido por la medalla de bronce, o sus reiteradas simulaciones de dolencias físicas en diferentes partidos para parar el ritmo de sus rivales cuando iba con un marcador desfavorable
Hoy Novak, lo ha vuelto a hacer, y ha dejado una mala imagen al no aceptar que el público apoyara a su rival, no ha sabido ganar, no ha sido un caballero y no ha sido buen compañero.
Por lo demás el día nos ha dejado;
- El Oro por equipos de Japón en Gimnasia, tras la palta que consiguió en Tokio 2020.
- La victoria con récord olímpico de la nadadora australiana Mollie O ‘Callaghan sobre su compatriota y candidata a ser una de las mejores deportistas de estos juegos Ariadne Titmus en los 200 libres.
- El gran triunfo de la sección femenina española de waterpolo ante Estados Unidos.
- Otro paso más de Carlos Alcaraz hacia el oro en tenis (esperemos que esas molestias solo se queden en eso, en molestias).
- La gran competición que ha hecho Miquel Travé en Piragüismo Eslalon donde una penalización en la puerta 14 le ha privado de la medalla de plata.
Por último, mis tres recomendaciones para cuarta jornada:
- 11:00 AM partido vital para la selección masculina española de baloncesto frente a Grecia.
- 18:15 final por equipos de la competición de gimnasia artística femenina con la espectacular Simon Biles.
- Finales de natación desde las 8:30 PM.
Por César Cerrillo Martínez