La Sinfonía de Cuenca se proyecta a través de las bandas municipales de la provincia, herederas de una tradición que se transmite de generación en generación, como un pequeño universo donde la armonía se hace realidad. Son un bálsamo para el alma que resuena en auditorios, plazas y calles en las Fiestas Patronales, llevando alegría y esperanza a los corazones y transmitiendo el testimonio de un nuevo horizonte que ya existe. En las últimas décadas se está produciendo un incesante relevo generacional, los más jóvenes y las mujeres con el alma llena de sueños y la mirada puesta en el futuro han comenzado a tomar las riendas de estas agrupaciones. Sus dedos ágiles y llenos de energía acarician las teclas, las cuerdas y los metales, insuflando una nueva vida a las partituras que conmueve hasta a las piedras del rico patrimonio con el que cuenta la provincia.
En cada ensayo, en cada concierto, la música se convierte en ese puente que une generaciones, en esa oportunidad de desarrollo que da sostenibilidad también a los pequeños lugares. Los más jóvenes, con ímpetu y creatividad aportan frescura y nuevas sonoridades. Los mayores, con su sabiduría y experiencia, transmiten el legado del conocimiento y su buen hacer y todos juntos crean una sinfonía de esperanza, un canto a la vida. La patrona de los músicos vela por todos ellos desde lo más alto infundiendo un sentimiento de pertenencia al lugar que han elegido para vivir y para expresar su arte. También para muchos participantes se ha convertido en parte de su agenda semanal, en su refugio o en el modo terapéutico en el que se conectan su esencia más pura. Los más jóvenes encuentran en las bandas de música un espacio para expresarse, para aprender, crecer, relacionarse y conectar con los demás, para conocer otros lugares y tradiciones, otras fiestas, otros pueblos, otros amigos de entornos reales, para desarrollar sus habilidades, trabajar en equipo y cultivar su propio talento y sensibilidad artística.
Y en esta integración entre tradición e innovación que se puede vivir en cualquier punto de la provincia, la música se convierte en ese poderoso instrumento de transformación social, ya que es algo más que un entretenimiento, es motor de dinamización, y revitalización de desarrollo personal y comunitario. La protección de Santa Cecilia, que continúa guiando a todos aquellos que creando e interpretando sinfonías ayudan a transformar el mundo. ¡Felicidades a todas las Bandas de Música de la provincia de Cuenca en el día de su patrona, especialmente a la Banda de La Alberca de Záncara que forma parte de la fotografía que ilustra este artículo! Las bandas de música son vida para el territorio. Gracias por hacerlo.
Opinión de Yolanda Martínez Urbina