“Con esta remodelación, podemos decir orgullosos que el Museo de Semana Santa es el único museo donde late el corazón de los conquenses”. Esta frase del presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea, condensa la esencia del remodelado Museo nazareno, que ha abierto sus puertas de nuevo este miércoles, 25 de junio.
La Sala Marco Pérez de la sede de la máxima institución nazarena ha acogido el acto institucional de inauguración y bendición de la reforma integral, que ha contado con la asistencia del obispo de la Diócesis, monseñor José María Yanguas; la Comisión Ejecutiva y la Junta de Diputación de la Junta de Cofradías; el vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro; el alcalde de Cuenca, Darío Dolz; la diputada de Cultura, M.ª Ángeles Martínez; el consejero de Educación, Cultura y Deportes, Amador Pastor; la delegada de la Junta de Comunidades en Cuenca, M.ª Ángeles García; la subdelegada del Gobierno en Cuenca, M.ª Luz Fernández; el vicepresidente de CEOE, José Manuel Abascal, y el secretario de la organización, Ángel Mayordomo; la directora de la Fundación Globalcaja Cuenca, Henar de la Sierra; el subdelegado de Defensa, coronel Fernando Antón; la Tte. Coronel de la Comandancia de la Guardia Civil en Cuenca, M.ª Jesús Pascual; el comisario de la Policía Nacional, Francisco Sánchez; el jefe de la Policía Local, José Luis Garrote Martínez; el rector del Seminario Conciliar y dean de la Catedral, José Antonio Fernández; la diputada nacional y presidenta del Grupo Municipal Popular en el Ayuntamiento de Cuenca, Beatriz Jiménez Linuesa; el concejal del Grupo Municipal Socialista Adrián Martínez; los concejales del Grupo Municipal Popular, Agustín Segarra, Marta Segarra, Soledad Blanco; el portavoz de VOX en el Ayuntamiento, Rafael Rodríguez; el diputado regional por el Partido Popular, José Martín-Buro; entre otras autoridades y personalidades de la sociedad religiosa, política, militar y civil.
El Museo puede visitarse desde este jueves, 26 de junio, en su horario habitual: de jueves a sábado en horario de mañana y tarde (11 a 14 horas y 16:30 a 19:30 horas) y los domingos en horario de mañana (11 a 14 horas). Durante este primer fin de semana, la entrada será gratuita. A partir del jueves 3 de julio, las entradas costarán 3€ para el público general y 1€ para los empadronados en Cuenca capital.
Además, este jueves a las 20 horas se inaugura la primera exposición temporal de la nueva etapa del Museo. Se trata de la muestra ‘Carteles de Semana Santa’, una retrospectiva sobre la cartelería pasional conquense basada en las investigaciones de la tesis doctoral de Javier Chaler Villanueva, que versa sobre carteles que no llegaron a ser oficiales. Se podrá visitar hasta el próximo 7 de septiembre.
Acto Institucional
El presidente de la Junta de Cofradías y del Patronato del Museo, Jorge Sánchez Albendea, ha sido el encargado de abrir el Acto Institucional, presentado por la directora del Gabinete de Comunicación, Berta López. El presidente ha convertido su intervención en un agradecimiento a todas las personas, instituciones y entidades que han metido el hombro, como buenos banceros, para que el renovado Museo sea hoy una realidad.
“El Museo es un templo de memoria, un lugar para los sentimientos que nos acompañan cada primavera, para los sonidos que resuenan en nuestra alma, para los vestidos bordados por manos anónimas con devoción infinita y para las fotografías y testimonios que nos recuerdan que cada Semana Santa es única y, a la vez, eternamente nuestra” ha dicho el presidente de los nazarenos, para añadir que “hoy, este Museo no solamente es presente, no solo es un homenaje al pasado, sino que es una promesa de futuro”. Ha deseado Sánchez Albendea que el Museo sea lugar de encuentro, de aprendizaje, de inspiración” y que “los niños que lo visiten comprendan que la Semana Santa no solo se hereda: también se construye, se siente y se vive”.
El alcalde de Cuenca y miembro del Patronato del Museo, Darío Dolz, ha transmitido su enhorabuena y reconocimiento a la Comisión Ejecutiva y el equipo de trabajo, así como ha asegurado que el Museo traerá muchas alegrías a Cuenca, por eso, ha adelantado el alcalde que entrará a formar parte de sus recomendaciones en los discursos inaugurales de congresos. “Éste es un Museo que está no a la altura de las circunstancias, sino mucho más allá. Con una sensibilidad magnífica, con innovación, con unos recorridos que van a sorprender a propios y extraños” aseguraba, para terminar poniéndose, como siempre, a disposición de la Semana Santa y de sus nazarenos.
La diputada de Cultura, M.ª Ángeles Martínez, empezó transmitiendo al equipo de trabajo la enhorabuena de parte del presidente provincial, Álvaro Martínez Chana, quien no ha podido asistir. La diputada puso en valor especialmente el componente de vanguardia e innovación, aseverando que el Museo ha transformado la historia cultural de la provincia. “Este Museo es una realidad a la vanguardia de los museos, que va a sumar muchos logros. La Semana Santa de Cuenca es identidad cultural y ese Museo lo refleja. En este espacio se recogen las señas de identidad de los conquenses, va más allá. Señas que nos generan ese sello distintivo en relación a otras ciudades, con las que hemos dado un paso más allá para estar a la vanguardia de lo que hoy pide la gente cuando va a visitar un Museo”. Martínez aseveró que el Museo de Semana Santa actuará como atractor de turismo para la provincia.
Por su parte, el vicepresidente regional, José Luis Martínez Guijarro, aseguró que “nadie entendería esta ciudad ni esta provincia sin la Semana Santa de Cuenca. Es imposible entender las dinámicas de la ciudad sin tener en cuenta lo que representa la Semana Santa”. Martínez Guijarro destacó los componentes religioso y cultural, pero muy especialmente el turístico, ahondando en la reflexión propuesta por la diputada de Cultura y poniendo en valor el Museo nazareno como fuente de ingresos y un activo importante para el posicionamiento turístico tanto de la ciudad como de la provincia. “La Semana Santa es la joya de la corona, desde el punto de vista turístico. Por eso hay que poner en valor este Museo, que permitirá vivir la Semana Santa a los nazarenos y los conquenses siempre que quieran venir, pero también que el visitante que viene a Cuenca fuera de las fechas de la Semana Santa puedan llevarse un poco de su espíritu y, lo que es más importante, que quieran volver a Cuenca en Semana Santa, para vivir lo que significa”.
Cerró el Acto Institucional el obispo de la Diócesis, monseñor José María Yanguas, quien felicitó a la Junta de Cofradías por haber cumplido un sueño y, citando el pasaje más famoso de La vida es sueño, de Calderón de la Barca, aseveró que con trabajo y compromiso los sueños a veces no son solo sueños, sino que se cumplen. “Un pueblo que no sueña, nunca será grande. Los sueños van siempre más allá de las posibilidades. Los grandes proyectos empiezan siempre con un sueño. Y estamos en tierra de sueños”. Monseñor agradeció el regalo que es el Museo de Semana Santa para propios y ajenos y concluyó afirmando que “hay que seguir soñando, porque si todos soñamos un poco, hay comunión de voluntades y trabajo, el éxito está asegurado”.
Tras las intervenciones, la Junta de Cofradías entregó sendos reconocimientos a Emilio Palacios y Enrique Martínez Gil. El acto concluyó con la bendición del Museo por parte del obispo, las tradicionales fotos de familia y un vino español en la Plaza de San Andrés, para brindar por el Museo.
Museo de Semana Santa de Cuenca: El proyecto
Iniciado en 2022, el proyecto del Museo ha sido impulsado muy especialmente por el presidente de la Junta de Cofradías, Jorge Sánchez Albendea, y el vicepresidente, Antonio Abarca. Durante los tres años de trabajos, la institución ha puesto a disposición de la reforma todos sus recursos, especialmente humanos, así como la incansable labor de la Comisión Ejecutiva y de todas las personas que han pasado por ella en este periodo, dando lugar a un trabajo coral, cuya filosofía responde, también en la metodología de trabajo, a la que caracteriza a nuestra Semana Santa: la suma de muchas voluntades, esfuerzos, ideas y voces, así como de mucho trabajo silencioso, para dar como resultado algo que es mucho más que un museo. Es un legado para los nazarenos del mañana, los de la fila del medio, que disfrutan ya los nazarenos del presente.
El presupuesto final ha ascendido a 210.000€ y ha contado con la colaboración de la Junta de Cofradías, el Ayuntamiento de Cuenca, la Diputación Provincial, la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, el Consorcio de la Ciudad de Cuenca, Construcciones Sarrión y Fundación Globalcaja Cuenca. Concebido, dirigido y supervisado por la Junta de Cofradías, el proyecto ha sido desarrollado por el diseñador Emilio Palacios, responsable de la dirección artística, y el arquitecto y fotógrafo (además de Cartelista de nuestra Pasión en 2022) Enrique Martínez Gil, director de obra, en colaboración con la periodista especializada en Semana Santa y directora del Gabinete de Comunicación de la JdC, Berta López.
El equipo de trabajo ha contado además con el asesoramiento, aporte de ideas y supervisión constantes de la institución nazarena, labores estas desarrolladas principalmente mediante la figura del vicepresidente, quien aportando su criterio y visión global de la Semana Santa ha ayudado a definir tanto las líneas argumentales como los detalles del proyecto, para que el resultado final reflejara la Pasión desde un punto de vista holístico.
Museo de la Semana Santa de Cuenca: los objetivos
El primer objetivo de este proyecto coral ha sido revitalizar el Museo, actualizando el contenido expositivo estrenado 16 años antes y que había quedado ya obsoleto; el proyecto ha seguido la línea de actualización y renovación que han ido experimentando otros museos de la ciudad, como el de las Ciencias. Dos premisas eran claras en cuanto al futuro proyecto: debía reflejar nuestra Semana Santa en su conjunto, cosa que ya no sucedía, al no estar incluida en el recorrido expositivo la procesión más reciente, El Duelo, y mantener el espíritu tecnológico y de vanguardia que había guiado los pasos del Museo desde el proyecto inaugurado en 2007.
Un equipo interprofesional, supervisado por la Junta de Cofradías, ha sido el encargado de dotar al Museo de alma, mediante un proyecto en el que los aspectos emocional, divulgativo, tecnológico, didáctico y de conservación se han unido con un objetivo: conmover el corazón del nazareno y del visitante que no lo es, mostrando las señas de identidad de nuestra Pasión de una forma innovadora, sin perder su esencia. Además, desde la institución nazarena se ha apostado desde el principio por contar con profesionales de Cuenca para todos los oficios que han intervenido en los trabajos del Museo, poniendo así en valor los recursos y talento de la ciudad.
El Museo de Semana Santa cumple con tres funciones: la de conservación, reflejada en la parte expositiva más al uso y en la que se incluyen piezas de gran valor, como el Stmo. Cristo de Marfil, la corona de la Virgen de la Esperanza, una de las clámides de Ntro. Padre Jesús con la Caña o una de las piezas de ajuar más representativas de María Magdalena, diseñada y elaborada por el modisto Eduardo Ladrón de Guevara; la de divulgación, representada de forma consistente en todas las salas y, muy especialmente, en la sala Cuenca, Cronológica Pasión y en la zona Aprende Jugando; y la didáctica, que en el caso del Museo de Semana Santa se concentra en el espacio Aprende Jugando y que, pese a estar diseñado especialmente para los más jóvenes, tiene en cuenta al público de todas las edades.
Museo de Semana Santa de Cuenca: los retos
Varios han sido los retos que ha planteado la reforma del Museo. El primero y más importante ha sido sacar adelante un proyecto de absoluta vanguardia, con un presupuesto limitado. En este punto ha jugado un papel clave el apoyo de la Junta de Diputación, que desde el primer momento creyó en el proyecto del Museo y lo ha apoyado en todas sus etapas, así como la propia labor de la Comisión Ejecutiva y, en este caso, del presidente de la institución, para conseguir la financiación necesaria con la que hacer realidad el proyecto.
Además, para que la limitación de presupuesto no supusiera el menoscabo en el desarrollo del proyecto, se ha llevado a cabo una intensa labor de upcycling: se han aprovechado y reutilizado numerosos elementos del anterior Museo, como proyectores, equipos de sonido, vitrinas, elementos arquitectónicos… tanto por una cuestión de presupuesto y abaratar costes, como por la filosofía de reaprovechamiento que rige la Junta de Cofradías y nuestra Semana Santa.
A nivel de concepto, el reto principal era concebir un Museo capaz de llegar tanto al conquense conocedor de la Semana Santa como al visitante – especialmente de fuera – que llega sin referencias. Para ello, era necesario deconstruir nuestra Pasión, llegar al fondo de su esencia, para poder después transmitirlo con cada pieza. Así, el Museo toca, a través del uso de distintos elementos muy representativos de la ciudad, distintos puntos de vista para que todo el mundo pueda sentirse identificado.
En cuanto a los retos arquitectónicos, integrar el edificio histórico dentro del discurso narrativo para que fuera un elemento más y se pusiera en valor; crear espacios más amplios, abiertos y accesibles, respetando las indicaciones de Patrimonio y convirtiendo el Museo en un espacio amable con el visitante; recuperar elementos arquitectónicos valiosos a los que merecía la pena dar protagonismo; diseñar recorridos claros y sencillos, respetando la libertad del visitante de moverse por donde quiera; gamificar el recorrido sin perder la esencia de museo y de la Semana Santa; y dosificar los impactos y organizarlos de tal modo que el Museo no deje de sorprender al visitante, pero tampoco lo abrume en exceso, han sido algunos de ellos.
Además, el Museo se rige por el principio de sostenibilidad: todos los contenidos se han planteado para que puedan ser corregidos y reemplazados fácilmente, tanto por motivos técnicos como de actualización. De este modo, se facilita la gestión de contenidos y futuras actualizaciones, así como se permite versatilizar las salas, especialmente la inicial, que es la que está conectada con las salas de exposiciones temporales.
El nuevo concepto de Museo resuelve además cinco problemas: la ausencia de la procesión del Duelo, la obsolescencia del anterior concepto y de la tecnología y medios técnicos asociados, la falta de comprensibilidad del anterior contenido y pasar de una propuesta cerrada a una más abierta y configurable, integrar el edificio dentro del concepto del propio Museo y convertirlo en un espacio interactivo y vivo y, por último aunque no menos importante, mejorar en accesibilidad, tanto a nivel arquitectónico como de los propios contenidos.
En definitiva, el concepto muestra un Museo que tiene en cuenta al espectador, que dialoga con él, sea nazareno o no, y que está lleno de detalles, para quien sepa buscarlos. Así, la tecnología de vanguardia está al servicio del concepto del Museo y sirve para envolver al visitante hasta el punto de perder la noción del tiempo y el espacio una vez dentro, de modo que pueda sentirse en Cuenca y en Semana Santa a lo largo de todo el recorrido, sea cual sea el momento del año en que lo visite.
A lograr el efecto contribuye también la voz narrativa: el peso del discurso narrativo lo lleva la ciudad de Cuenca, que es quien ejerce de guía y anfitriona, explicando al visitante qué es nuestra Semana Santa, qué es lo que ocurre en la ciudad antes, durante y después de nuestra semana clave, cómo se vive la Semana Santa en Cuenca y cómo la propia Cuenca, como un actor más, vive su Semana Santa.
Museo de Semana Santa de Cuenca: el espacio
La remodelación del Museo de Semana Santa ha supuesto la reconfiguración completa de los espacios, para poner en valor el edificio histórico en que se enclava el recurso museístico, por un lado, y para generar salas más amplias, limpias y amables con el visitante, en las que sea cómodo y agradable estar y que posibiliten, además, una visita más accesible, adaptada a los nuevos tiempos. Además, todos los espacios se han configurado con la idea del doble uso.
En cuanto al edificio en sí, se ha dado valor a recursos como el techo de bovedillas de madera, una pieza antigua y de valor histórico, que queda a la vista, integrando el edificio con el contexto del Museo y el recorrido expositivo.
El nuevo diseño de espacios ha permitido, además, integrar los diferentes usos y potenciales actividades del Museo dentro de las salas del mismo. Esto se aprecia claramente en las remodeladas entrada y primera sala permanente, que ahora forman un espacio amplio con el objetivo tanto de facilitar la visita a grupos y hacerla más cómoda, como de mejorar la accesibilidad e interacción con las salas temporales, y que incluso se pueda proyectar en un momento dado, en la pantalla de la sala inicial, contenido relacionado con esas muestras temporales.
Museo de Semana Santa de Cuenca: el recorrido y las salas
El Museo propone al visitante un recorrido libre y abierto, en contraposición con el recorrido totalmente dirigido del concepto anterior. Pese a que existe una ruta recomendada, el concepto del Museo permite visitarlo de manera libre sin que pierda su significado y siendo plenamente inteligible.
Las salas y espacios propuestos funcionan tanto en conjunto como por separado y con cualquier recorrido escogido. Todas las salas están concebidas en dos momentos: pausa, en el que el visitante puede recorrer, ver, contemplar, meditar… Y reproducción, en el que Cuenca habla al espectador y se abre ante él, dejando entrever su corazón de nazarena.
Para quienes prefieran un recorrido más tradicional y orientado, la propuesta por salas es: Cuenca Ciudad Nazarena, Cronológica Pasión, Capilla, Pasillo de los imagineros, Espacio Marco Pérez, Somos Nazarenos y Dentro de la Semana Santa.
La Sala inicial, Cuenca Ciudad Nazarena, ha sido diseñada como una auténtica declaración de intenciones,. Recibe al visitante con el primer impacto visual: el Stmo. Cristo de Marfil, ubicado así en un espacio coherente con la importancia de la pieza. Se trata de un espacio concebido para uso múltiple, amplio y pensado como una plaza abierta que evoca las plazas frente a las iglesias de las que salen nuestros pasos en Semana Santa. Es el principio del camino.
La Sala Cuenca, Cronológica Pasión tiene como objetivo aportar información sobre nuestra Semana Santa, destacando una de sus señas de identidad diferenciadoras: la cronología bíblica de nuestras procesiones. El visitante obtiene datos sobre ellas a través de códigos QR.
La Sala Silencio y Oración recoge el carácter religioso, indisociable de nuestra Semana Santa. Está pensada como un espacio para que el visitante pueda sentarse a contemplar o meditar, al tiempo que escucha algunas de las composiciones corales icónicas de nuestra Pasión, descubre todos nuestros pasos mediante un contenido semi holográfico y es testigo de lo que sucede en las iglesias en Cuaresma y Semana Santa.
Formado por paneles informativos y retroiluminados, el Pasillo de los Imagineros reúne a todos los artistas de la gubia que tienen obra en nuestra Semana Santa. El espacio está configurado en una estructura de triángulos concéntricos, que representan tanto los capuces como a la Stma. Trinidad. Preside el espacio el chaleco capa granate de María Magdalena, diseñado por Eduardo Ladrón de Guevara. El pasillo enlaza directamente con el Espacio Marco Pérez, que en esta nueva concepción del Museo está totalmente integrado en el recorrido museístico. El Espacio contará próximamente con una nueva pieza: se trata del Divino Maestro y será una cesión de la UCLM para la que se están ultimando los detalles; esta cesión se enmarca dentro de la línea de colaboración constante de la Universidad con la Semana Santa.
La Sala Somos Nazarenos está concebida en dos partes, una primera expositiva y una segunda experiencial. Recibe al visitante un holograma de los principales hitos de la Semana Santa desde los orígenes hasta hoy; preside la sala una escultura en hierro de un nazareno, obra de José Luis Martínez, montada sobre una peana con el padrenuestro. La segunda parte de la sala está pensada para que el visitante pruebe en ella el oficio de bancero. Además, la Banda de Trompetas y Tambores de la Junta de Cofradías y la Banda de Música de Cuenca tienen también protagonismo en esta sala.
Dentro de la Semana Santa es la sala final, la más emocional, en la que Cuenca misma abre de par en par las puertas de su alma y se muestra como lo que es: por encima de todo, nazarena. Busca, mediante la tecnología al servicio de la Pasión, que el visitante se sienta literalmente dentro de la procesión. Además, cuenta con un importante espacio expositivo con algunas de las principales piezas del ajuar de nuestra Pasión, cedidas por las hermandades para el anterior concepto museístico y que están presentes también en el nuevo.
El Museo cuenta además con un espacio didáctico pensado especialmente para los más jóvenes, aunque ofrece opciones para todas las edades: la sala Aprende Jugando, donde el visitante podrá conocer un poco más sobre diversos aspectos de la Semana Santa (procesiones, hermandades, hitos, cartelistas y pregoneros) y un juego interactivo que podrá a prueba los conocimientos del visitante para obtener el Certificado Nazareno.
En cuanto a la recepción, se ha remodelado el espacio para mejorar la accesibilidad, lograr un mejor aprovechamiento y más coherente del espacio, dotar a la entrada del protagonismo que merece y que funcione como conector entre la primera sala de la exposición permanente y las salas de exposiciones temporales. Sobre estas últimas, se mantienen las dos que había y se integran en el discurso del Museo.
Museo de Semana Santa de Cuenca: accesible y para todos
Se ha llevado a cabo la remodelación arquitectónica para mejorar la accesibilidad del Museo, tanto a nivel de movilidad (eliminación de escalones, nivelación del suelo, espacios más amplios) como otras acciones de adaptación; por ejemplo, los vídeos están subtitulados para facilitar la comprensión a las personas sordas.