La Confederación de Empresarios de Cuenca indica que este es un factor más que puede acabar perjudicando a la actividad empresarial y a la generación de puestos de trabajo.
La Confederación de Empresarios de Cuenca avisa de la caída de la productividad que está produciéndose en los últimos años en las empresas españolas.
CEOE CEPYME Cuenca indica que este es un factor más que puede terminar perjudicando a la actividad de las empresas y a su generación de puestos de trabajo.
Por este motivo quiere poner el valor la resistencia que han mostrado las empresas y autónomos de la provincia que, pese a ser en su mayoría de pequeño tamaño, han podido seguir en activo y han seguido manteniendo el empleo en muchos casos.
Los datos publicados por CEPYME señalan que la caída de la productividad de España se ha reducido un 3,8% en los últimos cinco años, la peor evolución de los países avanzados entre 2018 y 2023.
Sí reconoce CEPYME que las grandes economías europeas sufren un descenso de la productividad en los últimos años, pero en España es más acentuado porque Alemania baja un-1,7% o Francia un -0,5%, mientras suben otras economías como Portugal 4,6% o Dinamarca (5,3%).
Aumento costes
CEPYME señala que en este descenso de la productividad tiene mucho que ver el aumento de costes que están sufriendo las empresas que se hace todavía mucho más difícil de asumir cuanto menor tamaño tienen.
Así, los costes que soportan las pymes se encuentran un 19,3% por encima del nivel de hace dos años, mientras que las ventas sufren una clara desaceleración, lo que estrecha los márgenes.
El alza sostenida de los costes laborales acumula ya ocho trimestres seguidos de incrementos interanuales de al menos el 5%, algo que no ocurría desde 1994.
En esta línea se han producido alzas de las cotizaciones sociales en los últimos cinco años, creciendo desde 2018 las bases mínimas de cotización cerca de un 50% y las máximas un 18,5%.
Y todo ello se produce en un marco económico adverso en el que la subida de costes se ven acompañada de un incremento de gastos financieros y una restricción del crédito, a la par de una ralentización de la actividad que dibuja una recuperación desigual por sectores.