Fernando Sánchez, alcalde de Moya. Este domingo festejan a San Antón en Los Huertos de Moya, para asegurar la procesión y el encuentro con los que emigraron a Valencia.
Si cada santo tiene su octava, San Antón no podía ser menos aunque se quede en cuarta porque, este domingo, mañana, será festejado en Los Huertos de Moya. Pues mira, este domingo, efectivamente, aunque se celebraba siempre el 17 de enero y las hogueras el 16 de enero, debido a la despoblación de la zona en la que estamos situados – lo que ya últimamente se llama la Laponia castellana-, pues debido a la despoblación, como digo, al no haber suficiente gente para para sacar el santo, se tomó la decisión de celebrarlo el fin de semana más cercano que coincide con este domingo, día 21.
Hablamos con Fernando Sánchez, alcalde de Moya y, por ende, alcalde de Los Huertos de Moya. Una pedanía de la que, prácticamente, no sabemos nada. Los huertos de Moya es una de las cuatro pedanías que tiene el municipio de Moya. La que fue ciudad medieval desde el siglo 12 en poder de los musulmanes. Una ciudad que se extendía en lo que es el cerro de Moya, entre las murallas, y en torno a ella, pues fueron, eh, con el tiempo, apareciendo rentos, unas casas alrededor de los arrabales de la ciudad y, de ahí, de unas casas cercanas a esta ciudad de Moya, nació Los Huertos de Moya, un pueblo que tendrá, podríamos decir, no sé, una historia de 200 años pero que nació con el nombre de Casas de la Loma.
El Marquesado de Moya, y su enorme peso en la historia desde finales del siglo 15, refleja fielmente un pasado histórico que arranca mucho antes, en la Edad del Bronce, aunque sea, con Alfonso VIII, el momento en el que comience a llegar gente en los primeros años del siglo 13. La hipótesis es que, efectivamente, aquí se han sacado monedas de la Edad de Bronce, se han hecho catas y tiene mucha más historia un asentamiento en Moya pero, luego ya, lo que sí tenemos, la tesis segura, es de que efectivamente, Moya, antes del siglo XII, estuvo en poder de los musulmanes y luego después fue poblada por Alfonso VIII, concretamente en el 1210 dándole los fueros que son, creemos, que son los mismos que les dio a Cuenca capital. Alfonso VIII también restauró la fortaleza dándole una importancia capital como se describe en el libro “Llave de Reinos” (Teodoro Sáez) , al ser el punto estratégico entre Aragón, Valencia y Castilla. Es que siempre le hemos llamado así, llave. De hecho, Moya dentro de sus murallas, tenía un puerto seco en la torre de San Roque por el que pasaba la gente de una u otra parte para pagar impuestos porque, Moya, primeramente, antes de ser Marquesado fue un realengo que perteneció a la corona, sobre el siglo 14, creo concretamente en el 1319 y, luego, posteriormente, ya fue el Marquesado con sus primeros marqueses: Andrés de Cabrera y Beatriz de Bobadilla.
Historia que deja huellas. Muchas. Desde antes del siglo 13 hasta el inicio de su decadencia, en el siglo 18. Una erosión, una guadaña que no ha tenido piedad con un legado convertido, hoy, en ruinas, alcalde. Pues sí, sí, ha sido un legado muy importante, o sea, históricamente, Moya, ocupaba una quinta parte de la provincia de Cuenca y, en sus épocas de gloria, llegó a tener 36 eh pueblos y algunos caseríos. Luego, pues, efectivamente, desaparecen los Albornoces, Cabreras, Carrillos, Pachecos…llegaron los saqueos en la Guerra de la Independencia, las guerras Carlistas y el olvido.
Retomamos la festividad de San Antón, en los huertos de Moya, como reencuentro de los que se marcharon en los años 60 del pasado siglo. Esta fiesta la vamos a celebrar pues muy humildemente porque, la gente, que hace un gran esfuerzo por venir, lo que quiere sobre todo es que nos veamos. O sea porque queremos mantenerla aunque prácticamente hemos sido una población que ha emigrado pero que, los hijos de emigrantes, todavía tienen sus raíces aquí, en el pueblo e intentamos venir este fin de semana aquí, a hacer la procesión y, por lo menos, a pues a vivir las vivencias de otras veces, a hacer la hoguera que, antiguamente, cada casa hacía una hoguera. Ahora se hace una en el pueblo y allí participamos todos pues nos vemos, nos conocemos y,a eso, le damos vida por lo menos un fin de semana al pueblo, el domingo. Se hace la procesión y, luego, es costumbre también después de la misa (en la que Tiruraina participará en la parte musical) lo que se llaman aquí, en el pueblo, “las casas”, que son mayordomos que significa que, ese año, se dedican a la limpieza y a los quehaceres de la Iglesia estando obligados a dar la caridad una vez bendecida por el cura. Un trozo de lo que antes se llamaban sobaos y que ahora llaman cocas.
Estamos hablando con Fernando Sánchez, alcalde de Moya. Un alcalde, un jubilado, que recuerda esta fiesta cuando era niño. La fiesta era mucho más importante que ahora, efectivamente, la recuerdo de niño porque yo soy una de las personas que emigraron. Yo soy maestro, ya jubilado, todos tuvimos que emigrar. Entonces, desde niño, yo la recuerdo pues efectivamente con mucho cariño. Llegar San Antón ( ya había gente migrada) y ya esperábamos los más niños a nuestros familiares que ya estaban fuera, tanto mi padre como mi hermano, y ya los esperamos aquí en el pueblo. Era otra cosa. Había bailes, venía la gente de los de los pueblos a los bares, también había otras costumbres, había alguien que daba un cerdo de pequeñito, luego se engordaba y, el día de San Antonio se rifaba y a quien le tocaba pues a la suerte. Se hacía la misa, la procesión, la caridad, las hogueras y esas costumbres pero el pueblo tenía otro aire. Tenía bares, tenía tiendas, se hacía pan, había una escuela, un molino de harina, hornos de cerámica, un batán de la de lana, canteras donde sacaban yeso para las obras, una fábrica de luz… vamos eh todas las cosas que solía tener un pueblo pero, en este libro, pasaron páginas hasta la actualidad en la que, aquí, vivimos los pocos jubilados salvo algún agricultor y algunos pastores.