¿Este fin de semana en Cuenca?, a Fuentelespino de Haro, Villaescusa y Osa de la Vega
Fuentelespino de Haro
Recibe el nombre de una fuente natural, rodeada de espinos, a la que llamaron la Fuente del Espino. Con la repoblación, se le impondrá el sobrenombre de Haro por pertenecer al territorio, al Señorío que, Alfonso VIII, regaló a su alférez y consejero, Don Diego López de Haro, que acompañó al rey en la conquista de Cuenca. Señorío segregado de la jurisdicción de Alarcón, formado por Villaescusa de Haro, Villar de la Encina, Carrascosa de Haro, Rada de Haro y Fuentelespino de Haro.
En el viaje, a la altura del viejo camino de Osa de la Vega, en la carreta N-420, junto al Záncara, tendrás que coger ese camino, un carril de tierra que comienza junto al río y el viejo molino, para llegar al bello castillo de Haro de la época de los de Alarcón, Belmonte y Garcimuñoz.
Del pasado prehistórico poco se sabe. Tan sólo, por los pocos hallazgos casuales recuperados por los vecinos durante sus tareas agrícolas y ganaderas. Es a partir del primer milenio, antes de cristo, ya metidos en la edad del bronce, cuando empiezan aparecer en el término los clásicos castros como en la Morreta de Gilibert, zona en la que nació el ilustre Condestable de Castilla, don Miguel Lucas de Iranzo.
El Centro de Interpretación del Condestable Miguel Lucas de Iranzo y Fuentelespino de Haro
En la calle Piedras, encontrarás el Museo que, también, es un centro de Interpretación de toda la comarca dedicando toda una sala, la inferior, a aperos de labranza y agropecuarios (elaboración artesana del queso, etc.). Hay otra parte dedicada al transporte tradicional con una galera, un coche de varas y una tartana, todos ellos restaurados, así como una espectacular trilladora de los años 30 del pasado siglo. Pero la sala central está dedicada a la vida y obra del Condestable , con una serie de figuras interactivas que evocan su enlace con Jaén y sus orígenes conquenses. Además del espectacular busto en la entrada del recinto, firmado por el escultor conquense Javier Barrios , se puede ver un lienzo del artista manchego Carrión en el que aparece el Condestable con el castillo de Belmonte y un chozo.
El Corpus del 27 de octubre
Cuenta una de esas leyendas históricas que, a mediados de ese mes de octubre, de 1855, uno de los hombres jóvenes del pueblo enferma y tras padecer durante varios días vómitos, descomposiciones, calambres y fiebres altas, muere por agotamiento físico y deshidratación. Después de esa muerte, se suceden otras hasta llegar a contabilizarse 13 pérdidas humanas. Las gentes del pueblo se sienten desprotegidas, angustiadas, entristecidas y con miedo. Unos buscan al médico, otros recurren al sacerdote y otros se reúnen junto al alcalde de la Villa en la Plaza Mayor, en el lugar donde se encuentra la primera piedra de la Iglesia de San Pedro, que aún se conserva en el exterior y que está fechada en el año 1.664.
Los vecinos son críticos con el alcalde que no consigue atajar con los medios civiles la epidemia y tras la asamblea convienen ponerse en manos de la Providencia Divina y solicitar al párroco sacar la Custodia bajo palio y procesionarla por todas las calles del pueblo como si del Día del Corpus Christie se tratara para, así, ser protegidos de la enfermedad.
El día 27 de octubre de 1855, y con autorización Papal, sus gentes engalanan las calles para recibir al Señor. Sacan colchas y mantones, ponen mesas decoradas con labores de ganchillo y bolillos, cojines, alfombras y demás relicarios y se disponen a recibir con Fe la Gracia Divina en un ambiente de recogimiento en el que se encuentran invadidos por emociones encontradas que van desde el dolor a la esperanza. Días después de este Sagrado acontecimiento, el alcalde de la Villa lanza un pregón dando por zanjada la epidemia en el pueblo y todo vuelve a la normalidad, los mujeres a sus labores y los agricultores a sus campos.
El Liberal de Castilla publicó un reportaje que, José Luis Muñoz M. grabó, en 1986 sobre el Corpus en Fuentelespino de Haro. Lo puedes leer pinchando aquí
En la actualidad, en las calles de la Villa, existen dos puntos de obligada visita que conmemoran esta tradición que ya cuenta con 166 años de historia: la piedra que ha permanecido de la antigua iglesia del Siglo XVII, que se encuentra en el exterior y que fue testigo de la promesa que realizó el pueblo de Fuentelespino de Haro. Una piedra sobre la que se puede reproducir el signo de la Cruz mientras se pide con fe la gracia que deseas recibir, y una placa de bronce conmemorativa, obra del escultor, Julián Barrios, que se encuentra en la fachada de la Casa Museo “Miguel Lucas de Iranzo” .
Menuda excursión
Hemos trazado, líneas arriba, el tapiz geográfico de la zona en la que se enclava Fuetelespino de Haro así que, con el fin de aprovechar el fin de semana, a tope, tres consejos: la visita a Villaescusa de Haro, que está ahí mismo. Poco más allá, el castillo de Belmonte y, desde aquí, a la mina La Condenada, de lapis especularis, de Osa de la Vega porque, atención, será la última vez que se abra al público ya que, el 3 de noviembre, se cierra para que los murciélagos duerman un invierno en calma.
Os dejamos estos vídeos realizados por El Liberal de Castilla
Villaescusa de Haro
Osa de la Vega