José Luis Iglesias Garrote se refiere a la fuente vauclusiana como uno de los fenómenos cársticos mas curiosos son las fuentes intermitentes, llamadas también Vauclusianas, que deben su nombre a la fuente de Vaucluse, situada a unos 30 Km de Avignon, en la Provenza francesa.
Las fuentes vauclusianas se caracterizan por brotar intermitentemente: unas veces echan agua y otras no y además lo hacen en periodos de tiempo bastante regulares, por lo que parecen relojes naturales. Estos relojes suelen ser bastante exactos y solo «atrasan» o «adelantan» tras las épocas de grandes lluvias o grandes sequías, pues dependen esencialmente del caudal de los ríos subterráneos que los alimentan.
Estos fenómenos geológicos se deben a la existencia de alguna cueva o depósito subterráneo con un conducto de salida que actúe de sifón.
Los periodos de intermitencia dependerán esencialmente de: el caudal de agua, la capacidad del depósito, la longitud del sifón, el caudal que pueda ser evacuado por el mismo y sobre todo de los niveles máximo y mínimo de cada caso en concreto.
En los sucesivos dibujos se muestra el fundamento del funcionamiento de este tipo de surgencias cársticas intermitentes:
En España tenemos varios de estos fenómenos vauclusianos entre las que destacan: La Coveta en Carrascosa (Serranía de Cuenca), la fuente del Oro Maria en Burgos, la de Anguiano en La Rioja, la de Ruente en Cantabria, la fuentona de Muriel en Soria y las Fuentes Tamáricas de Velilla del Rio Carrión en Palencia.
Miguel Ángel Bollo, un enamorado como pocos de nuestra Serranía, acaba de vivir, en primera persona, la experiencia de ver en funcionamiento esta especie de reloj que, en lugar del cuco, anuncia sus tiempos escupiendo agua. Lo expresa así:
Lo que he vivido hoy solo tiene un nombre “ único “
Llevaba toda esta lluviosa semana pensando en ir a ver a la Coveta, ese fenómeno único de la naturaleza, ayer recibí la llamada de mi amigo y profesor “ Alfonso Calle “ y solo me dijo “ Miguel Ángel mañana es el gran día, no te lo pienses y corre a la Coveta “ se habían alineado todos los astros del cielo y junto con las noticias del fluir el agua por barrancos y Simas era el gran día.
Dicho y hecho, esta mañana junto con mi inseparable compañero de idas y venidas “ Mi Corsa “ nos fuimos a su búsqueda.
Ya la Garduña nos recibió y nos chivo que algo grande iba a ocurrir.
El Arrollo del Castillo llevaba agua como nunca lo he visto, costo cruzarlo pero lo conseguí, al llegar a la cascada que forma el agua que baja de la Coveta, ya estaba claro que estaba despierta, pensé que estaría permanente por la cantidad de agua que bajaba.
Al llegar a la Coveta era como si estuviese encabronada por algo pero de repente, observé que el caudal empezaba a bajar.
El agua desapareció, estaba claro “ hoy era el día “
A los escasos 10 minutos empezó a romper otra vez, estuvo otros 10 minutos más o menos echando agua, a los 15 minutos volvió a romper, no era el día “ era el gran día “ así estuve observándola durante algo más de una hora con un tiempo entre rotura y rotura de más o menos 15 minutos.
Grité de alegría y hasta casi llegué a emocionarme, solo los que amamos este fenómeno sabemos de lo que hablo. Inmensamente feliz se lo comunique a Alfonso Calle la persona a la cual le debo toda esta pasión por la Coveta, le noté feliz muy feliz y se me quedó grabado lo que me dijo “ ya somos cuatro personas en todo el mundo que conocemos el fenómeno de la Coveta en todas sus facetas, mis dos hijas tú y yo “ me hizo aún más feliz ese comentario.
Ya puestos me dijo que fuese a ver los Burgaños de La Hoz Somera y diciéndome exactamente por donde tenía que ir, allí los encontré echando agua como me indicó.
También pude disfrutar de la impresionante Hoz Somera en todo su esplendor con la Chorrera de Ceñajo Corvo echando agua para que el imponente Barranco de la Hoz Somera la lleve hasta el río Guadiela.
Hoy seguramente haya vivido el día más impresionante de montaña.
Gracias Alfonso, millones de gracias ya que gracias a ti, hoy he vivido algo irrepetible.
El vídeo de Miguel Ángel Bollo
Vídeo de Lisa Calle Dahl. Blogspot «Descubriendo hojas»