Cuando el Gobierno de España habla de Cuenca y en concreto de su tren, debe de creer que quienes vivimos en esta provincia, simple y llanamente, somos tontos. Primero nos disminuyeron las frecuencias de nuestro ferrocarril, con pocos horarios y malos, luego suprimieron su circulación, echándole la culpa a la famosa borrasca Filomena y mintiéndonos meses y meses sobre unos arreglos que estaban haciendo en la vía y de los que nunca se tuvo constancia ni pruebas. Y, para finalizar, se presentó en la capital una segundona del Ministerio de Transportes para explicarnos a los alcaldes de los municipios que recorre y en los que tenía parada la línea Madrid-Cuenca-Valencia que cerraban definitivamente este transporte público por nuestro bien. Que ser la única provincia de España sin ferrocarril y en la que la incomunicación y aislamiento de sus pueblos se acentúa cada día que pasa es la mejor manera de luchar contra la despoblación y el subdesarrollo. En definitiva, que estar situada geográficamente entre Madrid y Valencia es una tremenda desgracia, más que una oportunidad, para contar con un transporte digno para viajeros, atractivo para turistas y rentable para mercancías.
Lo del Plan X Cuenca, que contempla el desmantelamiento de la infraestructura ferroviaria en nuestra provincia y su paralización en el Tribunal Supremo, gracias a las acciones judiciales que hemos llevado a cabo varios ayuntamientos, los de Cuenca capital y Tarancón no, que quede claro, lo dejaremos para otro momento. El motivo principal de estas líneas es el enfado y la indignación que me ha producido, como intuyo que a una gran mayoría de los conquenses, el nuevo anuncio de Renfe de que Cuenca va a contar con un tren turístico este año 2024 entre la capital y Valencia.
Para empezar, que a un AVE se le llame tren turístico no significa que lo sea. Venir a la capital conquense en un vagón normal a una gran velocidad no es hacer turismo ferroviario, por mucho que el Renfe nos lo intente colar. Un gran proyecto de tren turístico es el que contemplaba el programa ‘Serranía en Vía’, cuyo desarrollo comenzaba el anterior presidente de la Diputación, Benjamín Prieto, en su segunda legislatura y que el actual, el socialista Martínez Chana, anulaba nada más ocupar su cargo. Esta iniciativa, supervisada por la Fundación de los Ferrocarriles Españoles, contemplaba la recuperación de las estaciones de tren del tramo conquense Cuenca-Utiel y viajes entre Cuenca y Mira, con una primera parte paisajística, guiada e interpretada a bordo de los trenes y un segundo tramo en autobús, que llevaría a los viajeros a puntos de interés a poca distancia de la vía. El recorrido del ‘Serranía en Vía’ en aquel proyecto impulsado por el Gobierno del Partido Popular de la Diputación de Cuenca comenzaba en la capital y seguía por La Melgosa, el Viaducto del Rollo, Palancares, Viaducto Milano, Cañada del Hoyo, Carboneras, Arguisuelas, Viaducto de San Jorge, La Gramedosa, Yémeda-Cardente. Viaducto del Cabriel, Víllora, Viaducto El Imposible, Viaducto Torres-Quevedo (Narboneta), Enguídanos y Viaducto de Mira. El precio del billete rondaba los 40 euros e incluía la comida. Como se puede comprobar, esto si es un tren turístico, proyecto que, por cierto, se encuentra en manos de Renfe desde el año 2018. Ni una palabra al respecto.
A cambio, el Gobierno de Pedro Sánchez nos ofrece las migajas de un supuesto tren turístico desde Valencia para este 2024. Podemos recordar, sin ir más lejos, el regalito del de 2023, otro mal nombrado tren turístico desde Madrid, al que llamaron Paleontológico y del Patrimonio de Cuenca, del que por cierto, nunca más se supo. Ni cifras, ni detalles de cuantos viajeros hicieron el recorrido bajo este reclamo por lo que huele, descaradamente, a fracaso. Y es que no es para menos. Para empezar el billete costaba 50 euros, cuando con los abonos del AVE, te puede salir este trayecto de ida y vuelta por menos de 20. Velocidad supersónica para llegar a Cuenca y, consecuentemente, ninguna parada en municipios de la provincia. La oferta se jactaba de que por este nada económico precio se incluía la visita a la Colección Roberto Polo, de más que dudoso interés, y al Museo de Arte Abstracto, de calidad incuestionable, pero cuya entrada es gratis. A las 10’00 llegaban los visitantes a Cuenca y a las 19’00 horas ya estaban de vuelta para Madrid. ¿Es esta la forma de promocionar el turismo en la provincia de Cuenca? ¿Se reduce a menos de 7 horas en la capital? ¿Esto es un tren turístico? De risa.
Lo dicho, Pedro Sánchez, su Ministerio de Transportes, Adif, Renfe, nos toman a los conquenses por tontos. Pero no solo ellos, Page, sus consejeros y delegados, Chana y sus diputados, Dolz y sus concejales, Carrizo y los suyos y alguno más, también. También está claro que, en esto de discriminar a Cuenca y de no reclamar inversiones para que vuelva circular nuestro tren, el enemigo lo tenemos dentro de casa, no solo en Madrid.
Opinión de Carlos Arteche, alcalde de Carboneras de Guadazaón, diputado provincial e integrante de la plataforma ‘Pueblos con el Tren’