Carolina Muñoz y Carlos Rubio nos llevan a viajar por la historia en la provincia de Cuenca subidos en sus bicicletas. Con ellos y con su nuevo documental que acaban de publicar en su canal de Youtube “La Historia en Bicicleta”, titulado “Romanos y monjes soldado en La Mancha”, vamos a saltar en el tiempo para admirar las ruinas de un Castillo-Palacio del siglo XIX, cerca de Saelices, para después trasladarnos a la ciudad romana de Segóbriga del siglo II, luego nos detendremos en el grandioso Monasterio de Uclés del siglo XVI, escenario de numerosas películas entre ellas “Los Tres Mosqueteros” dirigida por Richard Lester, para finalizar viendo el reflejo de ritos ancestrales en Fuente Redonda.
Todos estos decorados los encontramos en un radio de tan sólo 8 kilómetros en torno a Saelices y que nos muestran Muñoz y Rubio deteniéndose en la historia y en el arte que encierran. Parten de la llamada “Fuente de la Mar”, en Saelices, donde, según algunos autores, se encontraba una de las captaciones del agua que abastecía a la cercana ciudad romana de Segóbriga.
Ya, subidos en sus bicis, nos trasladan al llamado “Castillo de Luján”, un edificio un tanto singular, situado en una dehesa que pertenecía a la Orden de Santiago. Posteriormente fue reedificado como castillo-palacio pero sin ningún papel defensivo, ya que sus paredes son muy delgadas y es evidente que todo está puesto solo para decorar. Aunque en la actualidad se encuentra bastante abandonado, sorprende sobre todo encontrarlo en mitad del campo.
Desde aquí, por senderos de una gran belleza enclavados entre farallones y rodeados de una intensa vegetación, nos acercan hasta la ciudad romana de Segóbriga y nos relatan su historia. Según el escritor y militar romano, Plinio el Viejo, esta ciudad era el “Caput celtiberiae”, es decir, la cabeza o el inicio de la Celtiberia; el final, lo que se llamaba el “Finis celtiberiae” era la ciudad de Clunia, en Burgos.
Segóbriga fue una ciudad rica gracias al cristal de yeso, lo que los romanos llamaban “lapis especularis” que, según Plinio, era el mejor del mundo por su transparencia y se le daba el mismo uso que le damos hoy al cristal de ventanas. Se extraía de unas minas situadas a 10.000 pasos en torno a esta urbe. En la actualidad algunas de estas minas se siguen conservando y son muy interesantes como las de Torrejoncillo del Rey, Huete y Osa de la Vega.
Recorremos con Muñoz y Rubio el anfiteatro y el teatro, levantados en tiempos de Augusto. En el anfiteatro nos cuentan que su excepcional conservación se debe a que durante siglos fue usado como almacén y como corral para los animales. Ya en el teatro, y en un marco incomparable, nos informan de la celebración del Festival Juvenil de Teatro Grecolatino que se desarrolla todos los años, gracias a la iniciativa, a principios de los años 80, de un profesor de secundaria de Cuenca, Aurelio Bermejo, y que se ha convertido en la actividad escolar con más poder de convocatoria del mundo.
La decadencia de Segóbriga empezó cuando el comercio de “lapis especularis” dejó de ser competitivo y la economía de la ciudad se hundió y durante mucho tiempo ha estado en el olvido, incluso se abandonó el nombre, pasando a ser conocido este lugar como “cabeza del griego”. En la actualidad, afortunadamente, se están haciendo trabajos y excavaciones muy importantes e interesantes para rescatarla de este olvido.
Y tras esta visita de nuevo Muñoz y Rubio se montan en sus bicicletas para acercarnos hasta el espectacular Monasterio de Uclés, denominado “El Escorial de La Mancha”. Desde el cerro donde se puede ver toda la monumentalidad de este edificio y el castillo, nos cuentan las conquistas y reconquistas que tuvo esta localidad y se detienen en la batalla de Uclés o de los 7 condes, librada en el año 1108 entre las tropas cristianas de Alfonso VI y las almorávides. Esta batalla fue un completo desastre para los cristianos que tuvieron más de 3000 muertos, entre ellos el príncipe, Sancho Alfónsez, el único hijo varón del rey y el heredero del trono de León. Sus consecuencias cambiaron la historia de la Península Ibérica y propició, de algún modo, el nacimiento de Portugal.
A través de un bonito camino Muñoz y Rubio se desplazan ahora hasta los pies del Monasterio. Aquí nos cuentan que fue la sede central de la Orden de Santiago y es donde se enterraron durante mucho tiempo a los grades maestres y a sus caballeros importantes, como Jorge Manrique y su padre, Rodrigo Manrique.
El edificio del actual Monasterio se inició en el año 1529, siendo Gran Maestre el emperador Carlos I, y nos muestran los distintos estilos empleados según se han ido incorporando nuevo elementos: plateresco, herreriano y churrigueresco. Ante la puerta de entrada a la iglesia y gracias a la magia del cine, seremos testigos de la batalla final entre D’Artagnan y el conde de Rochefort, ya que en este lugar se rodaron muchas escenas de la película “Los Tres Mosqueteros” dirigida por Richard Lester, además de otros filmes grabados posteriormente.
Y así, con los últimos destellos del día, Muñoz y Rubio llegan hasta su última parada, Fuente Redonda, un pozo artesiano que por el hecho de brotar espontáneamente agua de la tierra fue considerado sagrado y se creía que en las proximidades moraban deidades, como ninfas, náyades y otros seres.
Y así termina un nuevo vídeo de “La Historia en Bicicleta” que nos acerca los increíbles relatos y paisajes que tenemos muy cerquita de nosotros y, en muchas ocasiones, nos pasan desapercibidos o desconocemos.
Enlace al vídeo: