Este sábado ha fallecido en Cuenca a los 72 años de edad Enrique Olivares, el falso cura que asaltó la casa del ex tesorero del PP Luis Bárcenas y que fue condenado a 22 años de cárcel.
Olivares se encontraba cumpliendo condena en tercer grado, por lo que dormía en su domicilio aunque seguía controlado a través de dispositivos telemáticos.
Según informa EFE, en 2014 fue condenado a 22 años de prisión por retener un año antes a la familia de Bárcenas, atarles las manos con bridas y amenazarles para que entregaran todos los «pendrives» y la información relativa al proceso del extesorero para «acabar con el Gobierno de la nación».
Para entrar al domicilio, se hizo pasar por un sacerdote que venía de parte del Obispado para hablar sobre la libertad de Bárcenas -en ese momento en prisión preventiva tras haber aflorado su fortuna en Suiza-; a los veinte minutos, dijo «¡Se acabó el teatro!», sacó un revólver y encañonó a la mujer del extesorero, a su hijo y a la empleada doméstica, según declaró probado el tribunal.
Sin embargo el médico forense que le examinó antes de que compareciera determinó que no estaba en condiciones de declarar ante el magistrado de la Audiencia Nacional Manuel García Castellón, por lo que se suspendió su interrogatorio.
El juez trataba de averiguar si formaba parte del operativo de Kitchen, lo que le llevó en enero de 2019 a pedir información sobre la relación de visitas y llamadas que recibió en la cárcel, y sobre la identidad de las personas que hubiesen efectuado algún ingreso en las cuentas de peculio (depósito de dinero con el que cuenta un interno en prisión), según consta en el sumario de la causa.
Uno de los imputados que fue preguntado por estos hechos fue el excomisario Enrique García Castaño -considerado colaborador de José Villarejo en sus negocios de espionaje-, quien se refirió al episodio como «una película de Alfredo Landa», algo «demencial», un «circo» y una «chapuza».
El juez le manifestó sus sospechas por aquel episodio, que coincidió en el tiempo con la operación Kitchen, y provocó que «muchos policías» estuviesen en el domicilio de la familia «muchas horas».