Video reportaje. El traje serrano de Las Majadas, la Cruz de Mayo y la bendición de campos
Amelia Usero, hija de Nicasio, pastor trashumante al que entrevistamos hace unos doce años, lleva en la sangre esto de la fiesta de la Cruz de Mayo porque, su abuela, la tía Plácida, que vivía poco más allá del molino del tío Juan, ya se vestía con sus mejores galas para realzar más el día de la Cruz del tres de Mayo.
De mayorcita, Amelia vestía trajes de su abuela y, de mayor, no solo ha hecho los de sus nietas sino que, también, ha confeccionado un buen número de trajes para las mujeres de Las Majadas.
Nuria Igualada, por haber pertenecido al grupo Voces y Esparto, lleva cierta ventaja porque, en las actuaciones, ya vestía trajes de fiesta o de laboreo, trajes con jubón o con camisa y, eso sí, todas, con unas medias que ni pa qué, un par de enaguas, la falda, la camisa blanca y el pañuelo o mantón sobre los hombros.
El último toque de la campana de la iglesia invita a entrar en ella y, tras la misa, a participar en una procesión que, como en la agricultura, es de año y vez. Es decir que si el año pasado, la bendición de campos se hizo a las puertas del cementerio, este año tocaba en las eras de abajo en las que, en los años 60 y 70, en pleno verano, era un hervidero de gente trillando, aventando y transportando paja, en angarillas, hasta la troje.