La Asociación Española del Girasol (AEG) ha celebrado su 33ª Reunión en Sanlúcar de Barrameda (Cádiz), en la que han participado 48 miembros de la asociación que han participado en las distintas ponencias y actividades organizadas por la AEG, entre las que “han tenido especial relevancia las relacionadas con la sostenibilidad de este cultivo”, señala el presidente de la asociación, Juan Fernández.
Tras dar la bienvenida a los nuevos socios y conocer el estado de cuentas, los socios han analizado la campaña 2023 del girasol que ha tenido unos resultados desiguales, dependiendo de la zona geográfica y del momento de siembra, ya que las lluvias han favorecido a las variedades tardías.
Así, la superficie de girasol ha sido de 778.259 hectáreas (has), lo supone un 11,5% menos que la destinada a este cultivo en 2022 (879.838 has), que había supuesto un importante incremento respecto al año precedente, en el que se plantaron 631.157 has de girasol. De esta forma, la superficie dedicada a este cultivo se sitúa a niveles de 2014, siendo Castilla y León su principal bastión, con el 47% de la superficie de girasol de España, mientras que la sequía ha mermado los rendimientos en las zonas Centro y Sur.
Además, la reunión ha servido para conocer los resultados de los ensayos llevados a cabo por la Oficina Española de Variedades Vegetales (OEVV) y por el GENVCE (Grupo para la Evaluación de Nuevas Variedades de Cultivos Extensivos en España) y también ha despertado gran interés el análisis e interpretación de los datos de la PAC 2023 disponibles sobre el cultivo.
Junto a estas cuestiones, se presentaron diversas ponencias técnicas que versaron sobre “Edición Genética: cultivos del futuro”, “Eco-regímenes: girasol” y “Situación del jopo de girasol en España”. “Este año ha tenido especial relevancia la presentación del documento base de la AEG sobre sostenibilidad mediante el cual, la asociación se posiciona como defensora de la sostenibilidad del cultivo del girasol mediante un decálogo de ideas que hacen referencia a los motivos por los que el girasol puede ser considerado sin ningún género de duda como un cultivo sostenible”, resalta Fernández.
Por último, la AEG ha discutido sobre las acciones que desarrollará a lo largo de 2024, un año en el que la asociación pretende reforzar su presencia en jornadas técnicas sobre el cultivo del girasol, así como mejorar la difusión del trabajo realizado por la asociación, especialmente, los referidos a la sostenibilidad del cultivo.