Los trabajadores penitenciarios de los seis centros penitenciarios de Castilla-La Mancha (Ocaña I, Ocaña II, Albacete, Cuenca, Herrera de la Mancha y Alcázar de San Juan) se han concentrado esta mañana en repulsa del asesinato de la trabajadora del centro penitenciario Más d´Enric de Tarragona. Esta concentración ha tenido lugar en todas las prisiones españolas.
El pasado miércoles, Nuria acudió a su puesto de su trabajo, pero no pudo volver a casa, un interno sesgó su vida y tiñó de negro a todos los empleados públicos penitenciarios, tanto de Cataluña como del resto del estado.
Consternación, rabia y dolor, son los sentimientos de todos los compañeros de Nuria. La pregunta que nos hacemos los trabajadores penitenciarios es ¿Dónde será el siguiente?
La política penitenciaria actual centrada en maquillar estadísticas, no tiene en cuenta uno de los principios básicos de nuestra legislación penitenciaria, que es adaptar el tratamiento al perfil concreto de cada interno, es decir, la individualización del tratamiento. No se pueden aplicar políticas generalistas a perfiles tan distintos.
La población reclusa ha cambiado mucho en los últimos 20 años, y el sistema debe adaptarse a estos cambios, tanto en protocolos, como en dotación de medios materiales y humanos.
Es inconcebible que, en 2024, los trabajadores penitenciarios aun no sean considerados agentes de autoridad a la hora de realizar sus funciones, una reivindicación histórica del colectivo que debe ser asumida como prioridad para la clase política, no se puede quedar en palabras vacías que no se concreten en las modificaciones legislativas precisas para dotar de esta condición a los empleados públicos que trabajan en las prisiones españolas.
La situación es insostenible debido a una gran falta de personal, con una Relación de Puestos de Trabajo anticuada y que no cumple con los mínimos lógicos en cualquier centro penitenciario actual. Raro es el día en que no se debe llamar a compañeros en su jornada de libranza para cubrir determinados puestos y aun así se trabaja bajo mínimos, lo que conlleva falta de seguridad y aumento de la peligrosidad en los centros de trabajo.
Además, las infraestructuras no son aptas para recibir internos que no se adaptan a la vida en prisión, pero aun así siguen llegando internos peligrosos que han causado más de un altercado, agresiones, destrozos en las celdas, faltas de respeto constantes…
Hoy rendimos nuestro más sentido homenaje a nuestra compañera Nuria, el primer asesinato de un trabajador penitenciario en su puesto de trabajo. NO SE PUEDE REPETIR. TODOS CON NURIA.
Nuestro más sentido pésame. Descanse en paz.