El abastecimiento humano está garantizado para varios meses en la cuenca del Segura con 35,6 hm3 en reserva, pero necesitan “readaptar su demanda a la realidad para garantizar el uso prioritario del agua para consumo humano frente a los usos comerciales y consuntivos de la agroindustria”.
“El cambio de reglas es urgente, no sólo para cumplir con los caudales ecológicos, también para adaptarnos a un nuevo escenario en el que los procesos se están acelerando a un ritmo que no entiende de tiempos políticos”, explica el presidente de la Asociación de Municipios Ribereños, Borja Castro.
Entrepeñas y Buendía apenas están recibiendo aportaciones, el ciclo húmedo no se ha notado en la cabecera y sin embargo continúa desangrándose camino del Segura. Cada vez llueve menos, es un hecho que venimos constatando desde 2010; los volúmenes de envío no pueden ser los mismos que a principios de siglo, “sencillamente no es sostenible”.
Este año han entrado en Entrepeñas y Buendía aproximadamente unos 643,7 hm3, frente a los 736 hm3 que se han registrado de media en los últimos 30 años. Son 100 hm3 menos, una cifra lo suficientemente considerable como para no ser tenida en cuenta.
“Es imprescindible que el Segura reduzca su demanda, porque el Tajo no va a ser capaz de sostenerla, independientemente de la voluntad política del partido que esté en el Gobierno”, advierte Castro.
Con este nuevo envío, según las previsiones del CEDEX, los embalses quedan condenados a Nivel 3 hasta hastaos finales del invierno, dependiendo de las precipitaciones.