José I. Olona. Opinión personal sobre los bancos pintados en Cuenca
Sin ánimo de ofender a nadie y en relación a la nota de prensa de la Delegada de Igualdad de la JCCM en la provincia de Cuenca, referente a lo que califican con “actos vandálicos contra los bancos que se pintaron con los valores de la bandera del orgullo LGTBI (y supongo que Q+), dado que discrepo del contenido, deseo plasmar la opinión como ciudadano, de que el enfoque de la Delegada de Igualdad, no tiene por qué ser el único, y quiero puntualizar:
– En primer lugar, mi profundo respeto hacia el colectivo mencionado.
– En segundo lugar, mi opinión personal de que los bancos deben de volver a su
estado anterior al mes de mayo, y ser iguales que los del resto de la ciudad, que
doy por hecho que cumplen las especificaciones municipales relativas al mobiliario
urbano, lo que incluye su color uniforme, su tono oscuro que dificulta la
vandalización con pintaditas y facilita su reposición en caso de daños.
– Desde mi punto de vista, es igual de vandálico pintar el mobiliario urbano con los
colores de un colectivo pretendiendo una perdurabilidad en el tiempo, que lo que
se ha hecho ahora, pintándolos de blanco. Estoy de acuerdo en que, con motivo de
conmemoraciones en favor de colectivos, se tomen medidas temporales como
muestra de respeto y visibilización, pero una medida que pretende un carácter
permanente, la interpreto como una imposición.
– El mobiliario urbano está sometido a unos criterios, cumple unas especificaciones y
es competencia del Ayuntamiento de Cuenca. Ni lo es de la Junta, ni -de nuevo
desde mi punto de vista- debe ser dedicado a ningún colectivo, dado que no existe
una unanimidad en la ciudadanía y lo que a unos gusta, a otros ofende.
– Opino que la Delegada, se equivoca al escribir “…algo que como sociedad, no
podemos consentir…”, porque me consta que una parte de la sociedad no piensa
como ella, y es una de las cosas que me motiva a escribir esta nota.
– Considero que los mismos derechos que tiene el colectivo LGTBIQ+ a ver
representados sus colores, los tienen otros colectivos de desear un mobiliario
urbano cuidado, bien mantenido y correctamente conservado.
– ¿Quieren defender los colores LGTBIQ+? Ahí va mi sugerencia. Realicen una
catalogación de la infinidad de PINTADAS que con pésimo gusto “adornan” nuestra
ciudad, y comiencen tapándolas con los colores de la bandera del colectivo.
Conseguirán tres cosas: Visibilizar al colectivo, mejorar la estética de la ciudad y
“perjudicar” a los autores de las pintadas en su batalla por llenar las paredes con
“su arte”. Y no sean tan susceptibles, que quizá el nuevo color de los bancos se
deba a que los aficionados de algún club deportivo quieran ver visibilizados sus
colores.
En Cuenca, a 24 de agosto de 2023. Atentamente. José Ignacio Olona