La Diputación de Cuenca ha solicitado la declaración de Bien de Interés Cultural para el convento de los Padres Franciscanos de San Clemente con el objetivo de que esta infraestructura provincial pueda concurrir a la convocatoria del 2 por ciento cultural que el Ministerio de Movilidad y Agenda Urbana convocará, previsiblemente, para el mes de diciembre. El Área de Patrimonio de la institución provincial ha redactado un informe donde se defienden razones históricas, arquitectónicas, históricas y sociales para obtener esta declaración.
La diputada de Patrimonio y Turismo, Mayte Megía, ha destacado la intención del equipo de Gobierno de trabajar por el patrimonio provincial y que esta solicitud demuestra la apuesta clara para mejorar este convento tan importante para los vecinos de San Clemente. Más allá que se termine concediendo esta ayuda, la Diputación de Cuenca va a destinar 200.000 euros para acometer aquellas cuestiones más urgentes relacionadas con las cubiertas y los cerramientos en la fachada para evitar que se deteriore.
A juicio de Megía, la declaración del Antiguo Convento de los Padres Franciscanos de San Clemente como Bien de Interés Cultural se presenta como una medida necesaria para asegurar su protección jurídica, conservación integral y reconocimiento público, garantizando la transmisión de sus valores históricos, artísticos y simbólicos a las generaciones futuras.
En primer lugar, su relevancia histórica queda acreditada por su fundación en 1503 bajo la advocación de Santa María de Gracia, constituyendo uno de los ejemplos más representativos de la arquitectura conventual franciscana en La Mancha. A lo largo de más de cinco siglos, ha sido testigo directo de la evolución social y religiosa de San Clemente, acogiendo comunidades franciscanas, carmelitas y, finalmente, a las Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia. Su papel como centro de enseñanza y formación humanística desde el siglo XVI otorga al edificio un valor añadido como foco de difusión cultural y educativa en la comarca.
Desde el punto de vista arquitectónico y artístico, el inmueble conserva elementos originales de notable valor, especialmente el claustro bajo del siglo XVI, la sacristía diseñada por el maestro Francisco de Luna y las bóvedas de arista y ménsulas decoradas con cabezas fantásticas, que reflejan la transición entre las fórmulas góticas tardías y las primeras manifestaciones del Renacimiento. A pesar de las sucesivas reformas sufridas, el conjunto mantiene su configuración tipológica y volumétrica esencial, destacando como un testimonio único de la arquitectura monástica manchega.
Asimismo, el convento posee un alto valor patrimonial por su integración dentro del Conjunto Histórico-Artístico de la Villa de San Clemente, declarado BIC por Real Decreto 2225/1980, formando parte de un entramado urbano de gran coherencia monumental en el que conviven palacios, templos y edificaciones civiles de los siglos XV al XVIII. En este contexto, el convento contribuye decisivamente a la comprensión del tejido histórico y cultural de la villa.
Su dimensión social y simbólica también resulta indiscutible: ha constituido durante siglos un referente espiritual, cultural y educativo para la comunidad sanclementina, y su preservación garantiza la continuidad de la memoria colectiva local.