- Los camioneros festejaron a San Cristóbal en el Pinar de Jábaga
San Cristóbal
La imagen del Santo nos llama la atención en su representación escultórica, donde le vemos llevando al niño Jesús sobre sus hombros y con los pies metidos en el agua. Con el paso del tiempo, por obra y gracia de la motorización de la era industrial, San Cristóbal ha quedado convertido en talismán de la gente que conduce, automovilistas, camioneros, tractoristas…, y también en título para autoescuelas.
Xristo-phoros es un seudónimo que da el significado al nombre del santo, por ser ‘portador del Cristo’,
La leyenda de Cristóbal es hermosa e ingenua. Era príncipe y quiso servir a un Señor poderoso y se puso a buscarlo. El emperador de Roma, y el diablo, obtuvieron sus servicios hasta el día en que, a este último, lo vio palidecer al ver a lo lejos una cruz. Así, nuestro Cristóbal quedó convencido de que aquel Cristo, al que la Cruz representaba, era el más poderoso. Lo buscó y no lo encontró, pero sí a un santo ermitaño que le servía y a quien pidió consejo para encontrarlo. Este, le confió la tarea de servir a Dios pasando caminantes a hombros, por el vado del río.
En este quehacer, un día llegó un niño pequeño pidiéndole que le pasara el rio. Cristóbal lo hizo, pero cuando se encontraba en mitad de la corriente sintió que el peso del pequeño aumentaba con exageración, hasta hacer imposible su transporte. Al mismo tiempo, las aguas comenzaron a crecer y, por un momento, el gigantón creyó llegada su hora. Fue entonces cuando el Niño, bajándose de su hombro, le dio la mano y le ayudó a él a pasar. El pequeño entonces le dijo quién era y, por su voluntad de servirle, le rebautizó con el nombre de Cristóbal. A la mañana siguiente el báculo que empleaba en su paso por el río había reverdecido y se había llenado milagrosamente de frutos…
El Rincón de Enrique Buendía
CUENCA
Había mucho bullicio en los aledaños de El Mirador el domingo 10 de julio del año 2004. Motivo, la reunión de camiones que iban a participar en el posterior recorrido con la imagen de San Cristóbal hasta el Pinar de Jábaga, donde unas horas después, se celebraría una Misa de acción de gracias a tal Santo.
Una imagen, por cierto, cedida por la iglesia del Poblado Obispo Laplana, de la popular barriada de Las Quinientas, y que el presidente de la Hermandad del Santo, Andrés López, ‘Sito’ me diría que esperan tener en propiedad definitiva cuando tengan la ermita prometida en los terrenos de la futura estación de servicios, en la autovía.
Una vez que la Guardia Civil y la Policía Local estuvieron presentes, la caravana de vehículos formada en su mayoría por camiones, más de 125 conté, se ponía en marcha, y por Cuatro Caminos enfilaba la Avenida de la Cruz Roja para terminar en el Pinar de Jábaga. Era un espectáculo visual especial, parecía que la fila de camiones no se iba a terminar nunca. En el puente, encima de la Autovía la mirada en los vehículos dibujaba una línea que se perdía en el horizonte.
La Avenida del Mediterráneo se llenó de motorizados rocinantes, extrañas figuras desprovistas del cuerpo que sostiene la carga, y que limpios y engalanados mostraban por delante, como su guía a la imagen de San Cristóbal.
Ya en El Pinar de Jábaga los camiones fueron colocándose en una amplia doble fila, que se cerraría para dejar en el centro el único camión que llevaba el soporte para la carga, y una carga, por cierto, muy apreciada para quienes hacen su vida en la carretera, la imagen de San Cristóbal, patrón y protector.
Los primeros minutos fueron de acople, e inmediatamente, se abriría otro de los camiones, para dejar paso a la entrega del almuerzo que allí se mantenía almacenado: bocadillos y refrescos, para grandes y pequeños.
Cansado, pero contento, Andrés López, el presidente de la Asociación Hermandad de San Cristóbal de Cuenca, me contaba cómo, «hace tres años decidimos un grupo de transportistas dar vida a esta Agrupación con la figura del Santo, y con ello tener una programación de diversas actividades que nos reuniera alrededor de su figura protectora. Así, hemos conseguido que se siga celebrando pues los camioneros le tenemos mucha fe, aunque todo se hacía muy improvisado… Y quiero que dejes constancia que la Asociación está abierta no solo a los camioneros, sino a todos aquellos que conduzcan cualquier tipo de vehículos y entiendan el contenido de aquello en lo que nos asociamos…»
Era hora de asistir a la Misa de homenaje a San Cristóbal, oficiada por don Teodoro, seguida por los conductores y familiares presentes, que daría posteriormente paso a la bendición de los vehículos allí colocados. Después, los camiones regresarían a la ciudad, paseándose por todo el centro urbano. La comida de hermandad en un céntrico restaurante sería el broche final a la mañana.