Año 1999. La carretera que me trae desde Cañete, por la N-420, se desvía hacia la izquierda en apenas 7 kilómetros para llevarme entre cortados, farallones y continuos pinares hasta Tejadillos. Son 10 kms de curvas y carretera estrecha en la que apenas me queda tiempo para admirar el paisaje pendiente, lógicamente, del control del coche. El valle se abre ante la mirada de la estatua del Corazón de Jesús que fuera construida, a finales de los 70, y costeada por suscripción popular.
El Rincón de Enrique Buendía
Hoy es un día especial para los de Tejadillos. Y lo es porque, en la localidad, se celebra la festividad de la Virgen del Carmen cuya imagen se venera en una ermita, arriba, en la parte más alta de la población, y que se pasea procesionalmente por el entramado callejero de este núcleo serrano. Una festividad que siempre ha estado presente en el corazón de los ‘tejailleros’ y que la Asociación de Mujeres, «La Cerecera», se ha encargado de avivar estos últimos años entre vecinos y residentes.

Esta misma Asociación ha organizado dos cursos de aprendizaje para sus socias de los que, Tere, la secretaria, nos informaba mientras visitaba la exposición preparada:
«Hemos tenido un curso de cestería con mimbre y otro de lámparas tiffanys con cristal; dos monitores, uno de Santa Cruz de Moya, y otro de Cuenca, han estado viniendo al pueblo para enseñarnos a manejar el material y, posteriormente, conocer el proceso a seguir para la elaboración de lo que aquí ves expuesto».
Suenan las campanas de la Ermita para que los devotos se acerquen y de comienzo la procesión. Hace calor en la mañana, pero eso no es problema para que la imagen de la Virgen del Carmen efectúe su tradicional paseo por el enrevesado callejero de la localidad. El vecindario vive en dos barrios paralelos separados por un arroyo, el de la Cereceda, por el que en su tiempo debió fluir una corriente de agua de cierta intensidad. Se trata de un conjunto poblacional de base medieval, con casas adaptadas al régimen extremado de vida y clima serrano, donde conviven edificaciones de origen medieval y renacentista con otras muy pintorescas y barrocas.
La imagen de la Virgen del Carmen une en su paseo al barrio de La Plaza con el de El Cabezuelo para, de nuevo, volver a la Ermita al lado de la cuál las eras dan muestra de lo que antes era el lugar en el que se llevaban a cabo las labores de trilla y de aventados.
Las calles se han llenado de los sonidos de los cantos y rezos de los asistentes. Los hombres caminando por delante y, las mujeres, en la cercanía de la imagen aunque en alguna ocasión tanto a ellas, como a ellos, les veo que se acercan a portar las andas patronales.
En el recuerdo queda la fiesta con orígenes en Inglaterra, un 16 de julio, en el que de acuerdo con la tradición carmelita, la Virgen se aparecería a San Simón Stock y le entregó el escapulario diciéndole según consta en los anales religiosos:
«Este será tu privilegio y el de todos los carmelitas; el que muera llevando este hábito se salvará…».

Con posterioridad y en los inicios del siglo XVII, Benedicto XIII daría a conocer la Fiesta del Escapulario que hizo extender, en 1726, a toda la Iglesia Occidental.
Aquí en la localidad, son muy pocos los que no llevan los tradicionales escapularios bendecidos porque, ello, es muy valorado desde sus creencias: «Llevo el escapulario porque creo en la protección que sobre mi ejerce; siempre que algo necesito, no me recato en pedirle favor, ya que es un objeto que procede de María, la madre de Jesús de Nazaret, nuestro protector».
La procesión ha llegado a su final, ya de vuelta a la Ermita. Es hora de comer y descansar mientras que, los más arriesgados, en esto del juego del truque, o del mus, por decir alguno de ellos, busca el bar de la plaza o el de ‘la fuente’ para echar la partida. Hoy, dentro del programa festivo, hay espectáculo y fiesta con el Grupo Folclórico «Voces y Esparto» y con el Trío «Arco Iris».
Después de comer, paseo por las calles del pueblo en el que destaca la típica arquitectura serrana, y conozco por sus moradores como es la vida aquí. José Manuel, el alcalde, me cuenta de las inquietudes y deseos de los vecinos, los suyos también, para que Tejadillos sea más conocido por viajeros y turistas.
«En esta época del verano vuelven aquellos que hace años tuvieron que emigrar por necesidades de trabajo, las casas como ves han sido remozadas y además se han añadido edificaciones que no rompen el encanto del territorio y su configuración».
Los sonidos de las dulzainas rompen la quietud del atardecer y del paseo por calles de dentro y fuera del pueblo. Hasta la ermita de la Virgen del Carmen, fechada su inicial construcción en 1780, hemos vuelto a subir con Tere para poder admirar esta cuidada edificación rectangular, a cuyo templo se entra por un pequeño pórtico y que sobresale por la funcionalidad del interior, con cubierta de madera.
Desde el altillo, hago vistas sobre el pueblo y también, en el horizonte, sobre los términos municipales de Zafrilla, Huerta del Marquesado, Laguna del Marquesado, Campillos Sierra … Todos ellos guardan la costumbre religiosa de honrar a la Virgen de Altarejos en la festividad de agosto y en su ermita, circunstancia de la que ya hablamos en las fiestas de Valdemoro de la Sierra.

Algo de revuelo hay en el pueblo porque han venido de Cuenca a ‘bailar’ en la fiesta y, los vecinos de la localidad, se acercan al barrio de ‘El Cabezuelo’ a ver la actuación. También aquí será la verbena después.
Aprovecho la ocasión para conocer los cantos tradicionales de aquí, la Ronda y el Mayo. La primera formada por un conjunto de piezas jota, músicas y seguidillas que se cantaban a las mujeres de la localidad o a alguna forastera, siempre que la ocasión lo requería. El Mayo de Tejadillos es una melodía deliciosa que se relaciona con el Romance del prisionero, una bella composición de siglos pasados. «Gracias a Dios que he llegado/ a la puerta de los cielos/ de los coros celestiales/… Y yo, por mi desgracia, / metido en estas prisiones, / que no se cuando es de día…»
Un Pasacalles llevará al Grupo «Voces y Esparto» desde las escuelas al rincón de la plazuela de El Cabezuelo donde será la actuación. En hora y media se escucharán y, también, se verán diferentes interpretaciones sobre el folclore de la provincia, algunos de ellos, de los cantos y bailes de La Serranía.
«La Virgen del Carmelo es el amparo, / de todo aquel que lleva su escapulario…/ ¡Viva María! /… ¡Viva el escapulario que es prenda del cielo!
Tejadillos y las estrellas.